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martes, 7 de mayo de 2019

El quinto paciente

El quinto paciente 

Un poema escrito por un médico Emergenciólogo: Es una de las profesiones más estresante que existen, 24 horas, los 365 días, todos los años. No tienen tiempo para nada, sin embargo la Dra. Tracy Emanuel, nos demuestra que a pesar del ambiente hostil de esta especialidad pueden surgir grandes poetas y escritores de versos inspirados por la misma.

Autor(es): Dra. Tracy Emanuel Conveniencia
Enlace: Em Med HB 2019; 5: 7 (1)

  •  Resumen del autor


Dra. Tracy Diomarys Emanuel Conveniencia

Nació el 9 de marzo de 1986, en la provincia San Pedro de Macorís, República Dominicana, en una familia de emigrantes ingleses de las Antillas menores. Cristiana protestante y desde la niñez amante de la lectura y de las ciencias naturales. Hija de Milagros Conveniencia y Alan Emanuel; hermana de la empresaria Glennys Emanuel. Cursó sus estudios en el Liceo José Joaquín Pérez (2003) e ingresa a la facultad de medicina de la Universidad Central del Este (2009). Luego ingresa a la residencia de Emergenciología y Cuidados Críticos (2012-2017), en dicho periodo, procrea su hija Faith Miracle.

Viaja a México a realizar una rotación en terapia intensiva con sus compañeros, reforzando su amor a la literatura junto a la medicina crítica y de urgencias. En el 2017 decide tomar clases, tertulias y conferencias con los grandes maestros de la literatura contemporánea. Actualmente labora como emergencióloga y medico critico en algunos centros de salud de la República Dominicana.
                                                                                                                                                        

  •  Su obra: El quinto paciente 

El quinto paciente

Sí quiero un poema
A las dos de la mañana,
Sodio, potasio, soluciones salinas...
Tengo cuatro individuos acostados
Esperando su muerte,
Sólo uno saldrá vivo, pero dañado.


La musa no me besa,
No tengo ganas de sumergirme
Ni en un leve descanso,
Me llaman de Emergencias
Hay un quinto paciente...
No hay cama,
Su vida se quedó sin espacio.


El primer paciente está pálido
De tanto sangrar,
Vomita frustraciones,
Defeca rencores,
Dos hijas y tres varones planean
El funeral y la herencia
Un sobrino paga las transfusiones
Para que dé tiempo a cambiar
El testamento.


El segundo hombre tiene mucho
Tiempo enfermo: un cáncer,
Su familia lo sabe hace seis meses,
Está disneico y nervioso,
Sabe que la muerte vendrá...


El tercero es un viejo,
No habla mucho ni se siente,
Educado y tranquilo,
Vino a operarse un testículo,
Sangró un poco y tiene taquicardia,
Fumó, tomó, fornicó con sus putas,
Tiene once hijos legales y ocho ilegales.


Tres esposas simultáneas,
El manejaba el peso,
La vara,
La autoridad y tiene el pene, 
Hay que respetarlo.


El cuarto guerrero es joven, azucarado,
Con una esposa rubia y hermosa,
Tienen tres hijos,
Es el favorito, el benjamín de la casa,
Al que todos miman y quieren.


Antes de llegar a su hogar
Se fue a Baní y a Azua,
A ver una morena,
Ella lo alimentó, le dio de beber,
Le dio buena cama y buen sexo por unos nueves días,
Tambien, por simple añadidura,
Una gastroenteritis y una fiera bacteria
Que vive en las vaginas.


Ahora está aquí, seco y caliente,
Hablando disparates,
Oí su corazón y observé, de paso su garganta,
Ya respira solo, se va a casa mañana,
A firmar el divorcio.


En serio quiero escribir un poema
En este cuarto blanco donde soy dios
Pero ellos no lo saben,
Dios, pero también yo soy...
Soy el quinto paciente.


Alucino con que soy médico intensivista,
Habito un castillo blanco lleno de monitores,
Agujas y dolores...
Escribo historias, dicto órdenes
Que cambian rumbo para burlar
La muerte...
Veo muertos, vivos, moribundos...
Gente rara,
Narro historias ajenas.


Resido aquí, allá, alucino que duermo, 
Sueño que viajo en un lago de midazolam,
Mi reloj agoniza en la misma hora,
El sol, la luna y las estaciones no son lo mismo.


Hablo con pacientes que no existen,
Escucho pitos, oxígeno, mi alma...
Las enfermeras no saben que estoy aquí,
No sé quienes son ellas.
Un millón de horas para volver a casa,
Salgo al laboratorio, regreso...


Ya estoy en casa,
Me siento frente al monitor,
Veo las ondas, las bombas de infusión,
Órdenes médicas.
Ya estoy en casa.


Claves, catéteres,
Oraciones, fé arrepentida,
Un barrio de fiebres
Radiografías borradas.


Corazones agigantados y derramados
En la pureza,
Una canción de sumo cuidado,
Espacio entre un ser y otro,
Ideas expulsadas por narcóticos.


Ya estoy en casa,
Me siento frente al monitor,
Veo las ondas, las bombas de infusión
Órdenes médicas.   
Ya estoy en casa.


  •  Editorial de este contenido 




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El quinto paciente

Traducción y resumen:  Dr. Rafael Perez Garcia vía EmergenMedHB

  •  Referencias bibliográficas











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