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miércoles, 25 de enero de 2017

Autoestima ¿De qué depende?

La autoestima: qué es y cómo potenciarla

¿Nos queremos? ó ¿No nos conocemos?: Una voz que nos indica que hay cosas que estamos haciendo mal, y que nos hace sentirnos orgullosos cuando hacemos las cosas bien.

  •  Escenario de autoestima 

Marta:José, ¿Me quieres?

José:Llevamos apenas unos días viéndonos Marta, aún es demasiado pronto para decirte nada. Te tengo que conocer más para poder quererte.

Marta, decepcionada por no haber obtenido un sí por respuesta, baja la mirada y con el ceño fruncido piensa… ¿Es necesario conocer para querer?

Efectivamente, este planteamiento es el que nos tenemos que hacer a nosotros mismos cuando pensamos en nuestra autoestima, ¿realmente nos conocemos bien?, ¿O hemos pasado tanto tiempo de nuestras vidas viendo lo que nos gusta de otros, que no hemos sido capaces de pensar que es en nosotros dónde está la clave?, ¿acaso nos hemos planteado alguna vez que quizá nuestra autoestima se vea comprometida en determinadas situaciones porque no nos aceptamos? Nos debemos preguntar: ¿no nos queremos? o ¿no nos conocemos?

  •  ¿De qué depende? 

La autoestima depende de en qué medida nos sentimos valorados, queridos y aceptados por otros y en qué medida nos valoramos, queremos y aceptamos a nosotros mismos. Todos tenemos una voz interior que valora, piensa y crítica nuestras ideas, opiniones, emociones, nuestro aspecto físico y nuestras cualidades como ser humano. Una voz que nos indica que hay cosas que estamos haciendo mal, y que nos hace sentirnos orgullosos cuando hacemos las cosas bien.

Esa voz interna es la llave hacia una autoestima sana, la manera en la que nos hablamos y tratamos a nosotros mismos así como la actitud que asumamos ante la vida, nos beneficiará o perjudicará en esta tarea.

Una crítica externa negativa de alguien que nos importa puede mermar nuestra autoestima considerablemente, pero con el tiempo, escuchar una voz interna negativa puede dañarla incluso más que si viniese de afuera.

  •  Como mejorar la autoestima

¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra autoestima?

Igual que José no puede querer a Marta sin conocerla, nosotros tampoco. Por lo tanto, el primer paso para mejorar nuestra autopercepción es trabajar con el autoconocimiento. Éste se da través de lo que los psicólogos llamamos el “yo integral”, que está formado por tres dimensiones.

Dimensión biológica: Se trata de tu cuerpo, de tu esencia física. Las preguntas que nos podemos hacer son: ¿Qué me gusta comer?, ¿Cómo me gusta vestir?, ¿Qué actividad física hago para sentirme mejor y para fortalecer mi cuerpo?, ¿Qué tan atractiva/o me siento?

Dimensión psicológica: Abarca todo lo que piensas, sientes, racionalizas y fantaseas. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que nosotros NO somos nuestros pensamientos. Estos pueden definir nuestra realidad, sin embargo, podemos elegirlos, porque somos mucho más que ellos. La tarea de todo ser humano es analizar, evaluar y filtrar información con la que queremos vivir. Podemos elegir qué pensamientos están en nuestra mente.

Dimensión social: Se expresa a través de los roles con los que vivimos; Amigo/a, hijo/a, Padre, compañero/a… Aquí la tarea es que seamos lo más auténticos posible mostrándonos realmente como somos, y preguntándonos que necesitamos. No podemos conocernos a nosotros mismos si no sabemos lo que nos gusta, pero sobre todo, qué necesitamos.

Una vez trabajadas esas dimensiones, tendremos mayor autoconocimiento acerca de nosotros mismos, y ya estaremos preparados para modificar nuestros pensamientos, que son los que nos impiden avanzar.


1. Convierte lo negativo en positivo: Debemos acostumbrarnos a observar las características buenas que tenemos. Si estás acostumbrado a centrar la atención en tus defectos, empieza a pensar en aspectos positivos que los contrarrestan.

2. No generalices. En ocasiones, y a partir de las experiencias negativas que tenemos en ciertos ámbitos, tendemos a generalizar a todos los aspectos de nuestra vida. ¡Ese chico/a ha pasado de mí! , ¿Qué he hecho mal?, Nunca conseguiré a nadie, si es que no valgo para nada… Debemos aceptar que podemos haber tenido fallos; pero esto no quiere decir que todos los aspectos de nuestra vida seamos “desastrosos”. Identifica en qué aspectos generalizas y ¡frénalos!

3. No te compares: Todas las personas somos diferentes; todos tenemos cualidades positivas y negativas. Aunque nos veamos “peores” que otros en algunas cuestiones, seguramente seremos “mejores” en otras; por tanto, no tiene sentido que nos comparemos con los demás y que nos califiquemos de un modo u otro cuando son tantas las facetas que forman parte del ser humano. Recuerda que las aptitudes de una persona están en constante desarrollo, y que cada uno sobresale en cosas diferentes.

4. Esfuérzate por mejorar. Una buena forma de mejorar la autoestima es tratar de superarnos en aquellos aspectos de nosotros mismos con los que no estemos satisfechos. Para ello es útil que identifiquemos qué es lo que nos gustaría cambiar de nosotros mismos o qué nos gustaría lograr, luego debemos establecer metas a conseguir y esforzarnos por llevar a cabo esos cambios. ¡Fíjate metas realistas! Piensa en qué te gustaría conseguir, diseña un plan para hacerlo y ve anotando tus progresos.

5. Prueba cosas nuevas. Experimenta con diferentes actividades que te pongan en contacto con tus aptitudes. Vivimos nuestras vidas “posponiendo”, dejando para mañana los sueños y para hoy las preocupaciones, sin embargo no necesitamos mucho esfuerzo para hacer pequeñas cosas que nos conducen al cambio, todo depende de ti. ¡Empieza hoy!a

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La autoestima; qué es y cómo potenciarla 










Diferencia entre presiones y supervivencia

Diferencia entre la presión del brazo izquierdo y derecho indican posibilidades de supervivencia

Menor posibilidad de supervivencia de aproximadamente 10 años: Los autores sugieren que la evaluación de la presión arterial en ambos brazos debe convertirse en un “componente central” al tratar a pacientes con presión arterial alta en la atención primaria.

Enlace: www.medicalpress.es

  •  Desarrollo


Los pacientes que sufren de presión arterial alta, que tienen diferencias en la presión arterial (PA) en cada brazo se encuentran en una menor posibilidad de supervivencia de aproximadamente 10 años, afirma un estudio publicado hoy en el British Medical Journal.

Los autores informan que las directrices nacionales que asesoran a los médicos para medir la presión arterial en ambos brazos en muchos pacientes no está siendo seguida debido a las presiones de tiempo y la falta de pruebas. Sostienen, sin embargo, que debería convertirse en parte rutinaria de la medición de la presión arterial y su tratamiento posterior.

Las conclusiones de este trabajo apoyan un estudio recientemente publicado por los mismos autores, lo que sugiere que las lecturas diferentes en cada brazo es un predictor de la reducción de la supervivencia y se asocian con un aumento en la probabilidad de la muerte de más de cinco años. Este estudio busca determinar en qué medida la diferencia en la supervivencia se aplica después de 10 años.

Autores en el Colegio Península de Medicina y Odontología miró a 230 pacientes entre 1999 y 2002. Todos los pacientes sufrían de hipertensión arterial y eran pacientes de un médico general en la zona rural de Devon.

La presión arterial se mide a menudo en ambos brazos en las mujeres sanas de atención prenatal y los pacientes que están en un riesgo más alto de lo normal cardiovascular debido a la diabetes, enfermedad renal crónica o enfermedad vascular periférica. Los estudios demuestran que la presencia de una diferencia entre el brazo ha sido un factor que contribuye a un retraso en el diagnóstico y el mal control de la presión arterial alta.

Después se realizaron ajustes por edad y sexo, los resultados muestran un incremento del 9% en el riesgo de muerte por cada uno mmHg entre los brazos diferencias en la presión arterial, lo que llevó a los autores sugieren que BP debería ser una medida rutinaria en todos los pacientes que reciben tratamiento para la hipertensión.

El estudio añade información nueva e importante a la evidencia que respalda la necesidad de detectar una diferencia que los autores esperan que ayude a mejorar la medición y el manejo de la presión arterial alta. Ellos creen que los pacientes podrían beneficiarse de una evaluación más intensiva, que, sin embargo, requiere tiempo, experiencia y formación.

En conclusión, este estudio apoya la idea de “inter-brazo de la diferencia como un simple indicador de riesgo cardiovascular”. Los autores sugieren que la evaluación de la presión arterial en ambos brazos debe convertirse en un “componente central” al tratar a pacientes con presión arterial alta en la atención primaria.

En un editorial acompañante, el Dr. Dae Hyun Kim, de la Harvard Medical School afirma que para los pacientes con una diferencia entre el brazo, el seguimiento posterior la presión arterial se debe realizar en el brazo con la lectura más alta. Esto, dice, ayudará a determinar el tratamiento necesario, pero se necesita más trabajo para establecer el vínculo entre el brazo de lectura entre la presión arterial y la mortalidad.

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 Diferencia en la presión arterial del brazo izquierdo y derecho indica posibilidades de supervivencia








martes, 24 de enero de 2017

Emetofobia, ese miedo oculto

Emetofobia, ese miedo oculto 

Una personalidad neurótica consistente en un temor “Irracional" al vómito: Cualquier dosis de estrés sume a estas personas en la preocupación y, a su vez, las pequeñas dosis de preocupación causan fallos de funcionamiento en su cuerpo.

Autor(a): Marta Guerri Pons
Fuentewww.psicoactiva.com


  •  Desarrollo 

Una personalidad neurótica (un tipo de personalidad que se caracteriza por tener una intensa conflictividad interna y que quien la padece siente que “sus emociones escapan a su control”, deteriorando su funcionamiento general), tiende a una propensión muy intensa a desarrollar fobias de todo tipo, trastornos de ansiedad y depresión. Se dice que las personas clínicamente ansiosas suelen poseer una mente sensible en un cuerpo sensible.

Cualquier dosis de estrés sume a estas personas en la preocupación y, a su vez, las pequeñas dosis de preocupación causan fallos de funcionamiento en su cuerpo. Y es que se ha podido comprobar que los pensamientos ansiosos poseen, a través del sistema nerviosos simpático, un efecto directo sobre los movimientos físicos del estómago y sobre sus secreciones gástricas. En la actualidad se sabe que entre el 42 y el 61% de los pacientes con trastornos intestinales, derivan de la ansiedad o la depresión. También se ha podido comprobar que la gente con el síndrome de intestino irritable, posee mayor sensibilidad al dolor, es más propensa a pequeñas dolencias (como resfriados) y tiene más posibilidades de considerarse a sí misma más “enferma” que el resto de población.

Pero vayamos por partes, lo primero que cabe explicar sobre el trastorno de emetofobia es en qué consiste exactamente. La emetofobia en realidad es el temor irracional al vómito, a la acción de vomitar y/o al ver a otra persona vomitando. Generalmente las personas que presentan este trastorno específico son ya de por sí individuos especialmente muy sensibles y generalmente ansiosos, como cabría de esperar. Se ha descrito en recientes investigaciones que los emetofóbicos tienden, entre otras cosas, a mostrar una “sensibilidad excesiva a la opinión de los demás”.

  •  Emetofobia: esa fobia oculta 

Muchos emetofóbicos no pueden llevar una vida normal a causa de su fobia, algunos lavan excesivamente los alimentos para que no quede presente alguna bacteria en el alimento que los pueda hacer vomitar. Evitan trabajos que les pueda llevar (aunque sea una posibilidad muy remota) a vomitar o ver a otros vomitando. También evitan estar solos con niños pequeños, algunas mujeres deciden no quedarse embarazadas nunca debido a la posibilidad de vomitar durante los meses de gestación, evitan reuniones donde el alcohol está presente, etc. esto les afecta incluso a la hora de ir a por calle, coger el transporte público, al trabajo, a fiestas…

Además, aún tratándose de trastornos fóbicos por igual, parece que está “mejor visto” tener miedo, por ejemplo a volar, o a las multitudes, que tener miedo a vomitar. Parece algo más extraño e incluso fuera de lugar. Por este motivo muchos emetofóbicos nunca declaran este temor o lo esconden mejor que otras personas, por lo que es una fobia que ha quedado durante mucho tiempo encubierta.

Por desgracia, los emetofóbicos, además, son muy capaces de provocar con sus síntomas ansiosos, aquello que más temen (o sea, el vómito), lo cual, por supuesto, es un motivo más para tener miedo constantemente del simple hecho de tener miedo a lo que pueda suceder.

Así pues, la vida de un emetofóbico se construye en gran parte en torno a su fobia. Algunos no han trabajado ni salido de casa durante años debido a sus temores y no soportan siquiera decir o escribir la palabra “vomitar” y derivados.

Por suerte, la llegada de Internet ha brindado a los emetofóbicos la oportunidad de conocerse entre sí, y de saber que no están solos en su padecimiento. Se han creado comunidades on-line y grupos de apoyo (sobretodo de habla inglesa). La aparición de estas comunidades virtuales, algunas muy grandes (según una estimación, el foro de la International Emetophobia Society tiene un número de miembros cinco veces superior al mayor foro de miedo a volar que existe), lo cual llamó la atención de los investigadores de la ansiedad, que se han puesto manos a la obra para estudiar esta fobia de forma más rigurosa. Como curiosidad me gustaría comentar que en estas comunidades se suele imponer la norma de no escribir las palabras “vómito” o “vomitar” ni derivados, y cambiándola por “v*****” o semejantes.

Al igual que con cualquier otro trastorno fóbico, las personas que padecen este mal poseen altos niveles de excitación fisiológica, conductas de evitación (como ya hemos visto) y de neutralización, como llevar encima medicinas para el estómago, antieméticos y ansiolíticos de todo tipo. De modo que los emetofóbicos poseen una escasa valoración de sí mismos y muy baja autoestima, dado que creen firmemente que tienen problemas serios para enfrentarse con la vida cotidiana. Para ellos vomitar es un claro síntoma de pérdida de control, también sienten temor a “sacar fuera sus interioridades”, a revelar lo que hay dentro de ellos. Pero por encima de todo, parece que representa su gran miedo a morir.

Entre algunos personajes famosos que han declarado ser emetofóbicos se encuentran la actriz Nicole Kidman, Matt Lauer (presentador del programa Today), la cantante de música folk norteamericana Joan Baez y el escritor del Best Seller “Ansiedad” Scott Stossel.

El tratamiento para este tipo de trastorno es parecido al de cualquier otro trastorno de ansiedad. Existen diferentes maneras de enfocarlo, desde la terapia cognitivo-conductual (al parecer una de las más eficaces), pasando por el psicoanálisis (ya bastante en desuso) o la Terapia Breve Estratégica (con también muy buenos resultados). En cualquier caso, lo mejor es dirigirse a un buen profesional para ponerse en sus manos antes que dejar que este trastorno nos incapacite cada día más.


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Nomofobia; la ansiedad y angustia de estar sin el celular

Nomofobia; la ansiedad y angustia de estar sin el celular

¿Revisas tu smartphone cada cinco minutos?: El término surgió como abreviatura de "no-mobile-phone-phobia” durante un estudio realizado una empresa inglesa de investigación demoscópica, para señalar la ansiedad y angustia que produce el estar sin celular.



  •  Desarrollo


¿Revisas tu smartphone cada cinco minutos? ¿Has sentido vibraciones fantasmas? ¿Te llevas tu celular a la mesa e incluso hasta al baño? Si es así, seguramente perteneces a las millones de personas que padecen "nomofobia".

El término surgió como abreviatura de "no-mobile-phone-phobia"durante un estudio realizado por la empresa inglesa de investigación demoscópica You Gov, para señalar la ansiedad y angustia que produce el estar sin celular.

Si bien la denominación "fobia" podría ser incorrecta, un estudio conducido por el psicólogo Richard Balding de la Universidad de Worcester en Reino Unido, reveló que, efectivamente, el uso constante de estos aparatos aumenta los niveles de estrés, lo que a su vez incrementa los comportamientos compulsivos como el buscar incesantemente nuevas alertas, mensajes y actualizaciones.

Durante el experimento, se les aplicó un cuestionario y una prueba psicosomática de estrés a 100 participantes, entre ellos estudiantes universitarios y empleados de diversas categorías y ocupaciones. Se confirmó la existencia de un círculo vicioso; si bien las personas adquirían el smartphone para manejar su carga de trabajo, una vez que el aparato extendía virtualmente su vida social, la angustia y el estrés se disparaban.

La inhabilidad de apagar el celular, el tenerlo siempre a la mano, el asegurarse de que nunca se acabe la pila y el miedo a perder la señal son las algunos síntomas de quienes sufren altos niveles de estrés

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La fobia; ese miedo a algo

Las fobias; Variedades y las 10 más comunes

De hecho, son muy comunes: Por más que a más de uno le resulten curiosas o sorprendentes, las fobias no son un trastorno extraño. Los expertos calculan que las fobias en su conjunto tienen una incidencia en el 5% de la población mundial.

Autor(es): Recopilado por Dr. Rafael Perez Garcia
Enlacewww.fobias.netactualidad.rt.com


  •  Desarrollo

Por más que a más de uno le resulten curiosas o sorprendentes, las fobias no son un trastorno extraño. De hecho, son muy comunes. Los expertos calculan que las fobias en su conjunto tienen una incidencia en el 5% de la población mundial. Esto significa que una de cada veinte personas padece algún tipo de fobia. Las mujeres padecen fobias con más frecuencia que los varones.

Dentro de la clasificación en fobias específicas (miedo a ciertos objetos, situaciones o fenómenos) y fobias sociales (temor o ansiedad extrema frente a determinados acontecimientos sociales, como entablar contacto verbal con desconocidos o tratar con la familia política), son mucho más comunes las primeras. De hecho, mucha gente padece una fobia específica pero ésta no le afecta en su vida cotidiana (como podría ser el caso de una persona que viva en una gran ciudad y que padezca de ofidiofobia –miedo a las serpientes- y que, llegado el caso, evitará encontrárselas en un zoológico).

  •  Las 10 fobias más comunes

Si bien es difícil determinar cuáles son las diez fobias más comunes (ya que varían según el sexo y la edad –los adolescentes padecen fobias sociales con más frecuencia que los adultos-), he aquí una lista de las que se considera más frecuentes en general:

Aracnofobia: Se trata del miedo a las arañas. Se calcula que la mitad de las mujeres y el 10% de los hombres padecen esta fobia en algún grado. Las reacciones de estas personas resultan exageradas para los demás, e incluso para los mismos afectados. Éstos procuran mantenerse apartados de los sitios en donde pueden encontrarse arañas, o donde han visto telas de araña. En los casos más serios, el pánico puede ser detonado incluso al ver una fotografía.

Sociofobia: Se trata de un persistente e intenso miedo a ser juzgado negativamente en situaciones sociales. Es una fobia de las más comunes entre adolescentes y jóvenes, se calcula que cerca de un 4% de las personas entre 18 y 55 años la padecen. A diferencia de lo que sucede en la mayoría de las fobias, esta fobia social es igualmente común en hombres y mujeres.

Aerofobia: Se trata del tan común miedo a viajar en avión (de hecho, se calcula que sólo el 5% de los pasajeros abordan el avión sin temores de ningún tipo). Sin embargo, las personas que padecen de esta fobia no experimentan sólo una ligera inquietud en el momento del aterrizaje y del despegue, sino que en ocasiones las fobias les impiden planear siquiera un viaje de este tipo, o les ocasionan trastornos de ansiedad ante la perspectiva de un futuro viaje, incluso meses antes de llevarlo a cabo.

Agorafobia: Se trata del miedo a los espacios abiertos, y es un trastorno más común entre las mujeres que entre los hombres. El agorafóbico teme todo aquel lugar donde no se sienta “seguro” o no pueda “recibir ayuda”. El que presenta este tipo de trastorno suele refugiarse en su hogar y rara vez sale, ya que en esas ocasiones experimenta una gran ansiedad. Es la fobia que motiva más a menudo consultas a especialistas.

Claustrofobia: Al contrario que la agorafobia, este trastorno implica el temor a quedar confinado a espacios cerrados. Se estima que entre un 2 y un 5% de la población padece esta fobia. Estas personas suelen evitar los ascensores, el metro, los túneles, las habitaciones pequeñas, hasta las puertas giratorias les pueden presentar dificultades, así como también el uso de equipos para técnicas de diagnóstico médico como el TAC.

Acrofobia: Se trata del miedo a las alturas, no simple vértigo sino un temor que ocasiona ansiedad a quienes lo padecen. La fobia suele manifestarse en situaciones tales como las de asomarse a un balcón, estar en un mirador elevado o junto a un precipicio. Al igual que sucede en otras fobias, aquellos individuos que la sufren buscarán evitar la situación temida.

Emetofobia: Se trata de la fobia al vómito o a vomitar. Hay personas que sienten más que una simple aversión hacia el acto de vomitar, y que incluso cambian sus hábitos alimenticios y sociales en consecuencia (por ejemplo, evitar ir a comer a restaurantes por temor a que la comida que le sirvan allí le siente mal al estómago). Si bien sólo en casos extremos se considera fobia, se calcula que el 6% de la población siente temor de vomitar.

Carcinofobia: Se trata del miedo a contraer cáncer. Es uno de los temores más comunes desde el momento en que la mayoría de los adultos siente aprensión ante la posibilidad de manifestar esta enfermedad. Sin embargo, en el caso de los fóbicos, se trata de un miedo muy antinatural, ya que demostrarán temerle a cualquier síntoma físico negativo, asociándolos todos a síntomas de la enfermedad.

Brontofobia: Son comunes las fobias que involucran elementos climáticos o determinados fenómenos meteorológicos, y éste es el caso de la brontofobia. Consiste en el miedo extremo ante los rayos y truenos de las tormentas. Alguien con esta fobia estará alarmado tanto antes como durante las tormentas, y en casos extremos, padecerán los síntomas de la ansiedad. Incluso puede verse afectada su vida social, ya que su planificación de actividades depende del pronóstico meteorológico, y pueden llegar a faltar al trabajo o modificar sus hábitos debido al clima.

Necrofobia: El miedo a la muerte es algo natural e instintivo en el hombre, posiblemente porque la muerte es lo desconocido. Además, se asocia la muerte con los padecimientos que la preceden, dolor, sufrimiento, etc. Sin embargo, algunas personas padecen de una verdadera fobia a la muerte y a los seres muertos. Quienes padecen de esta condición no pueden explicar con claridad el sentimiento escalofriante que experimentan al estar frente a una momia o a un cadáver.

  •  Otras variedades de fobias

Uno de los peores aspectos de las distintas enfermedades que existen, está relacionado con el miedo. Se puede tener miedo a una gran cantidad de aspectos, que para muchos, resulta increíble, pero para el que lo padece, resulta un verdadero sufrimiento. Desde nuestro blog de salud nos adentramos en los tipos de fobias existentes.

Realmente, me va a resultar imposible nombrar todas las fobias que existen, ya que son incontables. Piensa que una fobia es un miedo, y cada uno puede tener miedo a una cosa totalmente distinta de la que pueda tener otra persona. De este modo, los miedos y las fobias son muchísimas. Pese a ello, se ha intentado agrupar las fobias de manera más o menos homogénea, distinguiendo entre fobia de objetos, fobias de situación y fobias de impulsos.

Pero claro, dentro de esta pequeña clasificación nos podríamos tirar horas escribiendo distintos tipos de fobias. Estas son algunas de las que he podido encontrar algo. Como ves, algunas son difíciles de asimilar, otras parecen mentira, y seguro que hay otras que no están en esta lista que todavía nos sorprenderían más aún, ¿verdad?. Por ejemplo, se me ocurre que pudiera existir el miedo a los zapatos o a los tomates, y lo sorprenden es que he encontrado casos con este tipo de fobias, realmente curioso. Por cierto, ¿conoces otra fobia que no esté en esta lista? Una posible clasificación es la siguiente en orden alfabético:

  •  
😖
Ablutofobia: Miedo a lavarse o bañarse.
Aerofobia: Miedo a las alturas.
Acarofobia: Miedo a las picaduras de insectos o los insectos que.
Acerofobia: Miedo a los ácidos.
Acluofobia: Miedo a la oscuridad.
Acrofobia: Miedo a las alturas. 
Acusticofobia: Miedo a los ruidos. 
Aeroacrofobia: Miedo a los lugares abiertos y altos.
Aerofobia: Miedo a volar en aviones. 
Aeronausifobia: Miedo a vomitar ó marearse en el avión.
Afenfosfobia: Miedo a ser tocado. 
Agateofobia: Miedo a la locura. 
Agirofobia:   Miedo a las calles. 
Agliofobia:  Miedo a experimentar dolor. 
Agorafobia: Miedo a los lugares públicos y espacios abiertos.
Agrafobia:   Miedo al abuso sexual. 
Agrizoofobia:   Miedo a los animales salvajes. 
Aicmofobia: Miedo a las agujas o a objetos punzantes.
Ailurofobia:   Miedo a los gatos.
Albuminurofobia: Miedo a las enfermedades renales.
Alektorofobia:   Miedo a las gallinas.
Algofobia:   Miedo al dolor.
Aliumfobia: Miedo al ajo.
Alodoxafobia: Miedo a las opiniones.
Altofobia: Miedo a las alturas.
Amatofobia: Miedo al polvo.
Amaxofobia: Miedo a conducir un automóvil.
Ambulofobia: Miedo a caminar.
Amicofobia: Miedo a los arañazos o de rascarse.
Amnesifobia: Miedo a la amnesia.
Anablefobia: Miedo a mirar hacia arriba.
Ancrofobia: Miedo al viento.
Androfobia: Miedo a los hombres.
Anemofobia: Miedo al viento.
Anginofobia: Miedo a las anginas.
Anglofobia: Miedo a los ingleses.
Angrofobia: Miedo al enojo.
Anquilofobia: Miedo a ser escayolado.
Antlofobia: Miedo a las inundaciones.
Antrofobia: Miedo a las flores.
Antropofobia: Miedo a las personas o a la sociedad.
Anuptafobia: Miedo a la soltería.
Apeirofobia: Miedo al infinito.
Apifobia: Miedo a las abejas.
Apotenmofobia: Miedo a las amputaciones.
Aracnofobia: Miedo a las arañas.
Araquibutirofobia: Miedo a las cáscaras de los cacahuetes.
Aritmofobia: Miedo a los números.
Arrhenfobia: Miedo a los hombres.
Arsonfobia: Miedo al fuego.
Asimetrifobia: Miedo a la asimetría.
Astenofobia: Miedo al desmayo.
Astrafobia: Miedo a los relámpagos y a los truenos.
Astrapofobia: Miedo a los rayos.
Astrofobia: Miedo a las estrellas.
Ataxiofobia: Miedo a la descoordinación muscular.
Ataxofobia: Miedo al desorden.
Atazagorafobia: Miedo al olvido.
Atefobia: Miedo a las ruinas.
Atelofobia: Miedo a la imperfección.
Atiquifobia: Miedo al fracaso.
Atomosofobia: Miedo a las explosiones atómicas. 
Aulofobia: Miedo a las flautas. 
Aurofobia: Miedo al oro. 
Aurorafobia: Miedo a las auroras boreales. 
Autodisomofobia: Miedo a alguien con mal olor.
Autofobia: Miedo a la soledad o a sí mismo. 
Automatonofobia: Miedo a las cosas animadas. 
Automisofobia: Miedo a ensuciarse.
Aviatofobia: Miedo a volar.

  •  
😖
Baropfobia: miedo a la gravedad.
Belonefobia: Miedo a pincharse y a las agujas.
Bolsefobia: Miedo a Bolcheviques.
Bromidrosifobia: miedo a los olores corporales.
Bacilofobia: Miedo a los microbios.
Bacteriofobia: Miedo a las bacterias.
Balistofobia: Miedo a las balas.
Barofobia: Miedo a la gravedad.
Basofobia: Miedo a caerse.
Bathofobia: Miedo a la profundidad.
Batmofobia: Miedo a las escaleras.
Batofobia: Miedo a las alturas.
Batracofobia: Miedo a los batracios.
Belonefobia: Miedo a las agujas.
Bibliofobia: Miedo a los libros.
Blenofobia: Miedo a la viscosidad.
Bogifobia: Miedo al Hombre de la Bolsa o al Coco.
Bolsefobia: Miedo a los bolcheviques.
Botanofobia: Miedo a las plantas.
Bromidrosifobia: Miedo al olor corporal.
Brontofobia: Miedo a los truenos.
Bufonofobia: Miedo a los sapos.

  •  
😖
Cacofobia: Miedo a la fealdad.
Caliginefobia: Miedo a las mujeres hermosas.
Catisofobia, miedo a sentarse.
Ciborofobia: Miedo a los alimentos.
Cinofobia: Miedo a los perros
Claustrofobia: Miedo a espacios cerrados.
Clinofobia, miedo a ir a la cama.
Colpofobia: Miedo a los genitales y la zona púbica.
Coulrofobia: Miedo a los payasos.
Crometofobia: Miedo al dinero (¡¿alguien puede tenerlo?!)
Cacofobia: Miedo a la fealdad.
Caetofobia: Miedo al pelo.
Cainofobia: Miedo a fallar.
Cainolofobia: Miedo a la novedad.
Caliginefobia: Miedo a las mujeres hermosas.
Carcinofobia: Miedo al cáncer.
Cardiofobia: Miedo al corazón y a las enfermedades cardíacas.
Carnofobia: Miedo a la carne.
Catagelofobia: Miedo al ridículo.
Catapedafobia: Miedo a saltar.
Catisofobia: Miedo a sentarse.
Catoptrofobia: Miedo a los espejos.
Centofobia: Miedo a las ideas nuevas.
Ceraunofobia: Miedo a los rayos y truenos.
Chamainofobia: Miedo a Halloween.
Cheimafobia: Miedo al frío.
Chemofobia: Miedo a los químicos.
Chirofobia: Miedo a las manos.
Cianofobia: Miedo al azul.
Ciberfobia: Miedo a los ordenadores.
Cibofobia: Miedo a la comida.
Ciclofobia: Miedo a las bicicletas.
Cimofobia: Miedo a las olas.
Cinofobia: Miedo a los perros.
Cionofobia: Miedo a la nieve.
Cipridofobia: Miedo a las prostitutas.
Claustrofobia: Miedo a los espacios cerrados.
Cleinofobia: Miedo a ser encerrado.
Cleitrofobia: Miedo a quedarse encerrado.
Cleptofobia: Miedo al robo.
Climacofobia: Miedo a las escaleras.
Clinofobia: Miedo a ir a la cama.
Clorofobia: Miedo al verde.
Cnidofobia: Miedo a los aguijones.
Coimetrofobia: Miedo a los cementerios.
Coinonifobia: Miedo a las habitaciones.
Coitofobia: Miedo al sexo.
Colerofobia: Miedo al enfado.
Colpofobia: Miedo a los genitales.
Cometofobia: Miedo a los cometas.
Coniofobia: Miedo al polvo.
Consecotaleofobia: Miedo a los palillos chinos.
Contreltofobia: Miedo al abuso sexual.
Copofobia: Miedo a fatigarse.
Coprastasofobia: Miedo a constiparse.
Coprofobia: Miedo a las heces.
Corofobia: Miedo a bailar.
Cosmicofobia: Miedo al cosmos.
Coulrofobia: Miedo a los payasos.
Counterfobia: Preferencia por determinada fobia.
Cremnofobia: Miedo a los precipicios.
Criofobia: Miedo al frío extremo.
Crisofobia: Miedo al naranja.
Cristalofobia: Miedo a los vidrios.
Cromatofobia: Miedo a los colores.
Crometofobia: Miedo al dinero.
Cronofobia: Miedo al tiempo.
Cronomentrofobia: Miedo a los relojes.

  •  D
😖
Decidofobia: Miedo a las decisiones.
Defecaloesiofobia: Miedo al dolor de tripas.
Deipnofobia: Miedo a las cenas.
Dementofobia: Miedo a la locura.
Demofobia: Miedo a las multitudes.
Demonofobia: Miedo a los demonios.
Dendrofobia: Miedo a los árboles.
Dentofobia: Miedo al dentista.
Dermatofobia: Miedo a las lesiones en la piel.
Deshabiliofobia: Miedo a desnudarse.
Dextrofobia: Miedo a los objetos a la derecha del cuerpo.
Diabetofobia: Miedo a la diabetes.
Didascaleinofobia: Miedo a la escuela.
Dinofobia: Miedo al mareo.
Diplofobia: Miedo a la doble visión.
Dipsofobia: Miedo a la bebida.
Diquefobia: Miedo a la justicia.
Dismorfofobia: Miedo a las deformidades.
Distiquifobia: Miedo a los accidentes.
Domatofobia: Miedo a las casas.
Dorafobia: Miedo a las pieles.
Dromofobia: Miedo a cruzar la calle.
Dutchfobia: Miedo a los alemanes u holandeses. 

  •  E
😖
Eclesiofobia: Miedo a las iglesias.
Ecofobia: Miedo al hogar.
Efebifobia: Miedo a los adolescentes.
Eicofobia: Miedo a los alrededores del hogar.
Eisoptrofobia: Miedo a los espejos o a verse a sí mismo en un espejo.
Electrofobia: Miedo a la electricidad.
Eleuterofobia: Miedo a la libertad.
Elurofobia: Miedo a los gatos.
Emetofobia: Miedo al vómito.
Enetofobia: Miedo a los alfileres.
Enoclofobia: Miedo a las multitudes.
Enosiofobia: Miedo a cometer un pecado capital.
Entomofobia: Miedo a los insectos.
Eosofobia: Miedo a la luz del día.
Epistaxiofobia: Miedo a las hemorragias nasales.
Epistemofobia: Miedo al conocimiento.
Equinofobia: Miedo a los caballos.
Eremofobia: Miedo a estar solo.
Ereutrofobia: Miedo a ruborizarse.
Ergasiofobia: Miedo a trabajar.
Ergasiofobia: Miedo del cirujano a operar.
Ergofobia: Miedo al trabajo.
Eritrofobia: Miedo al rojo.
Erotofobia: Miedo al sexo.
Escabiofobia: Miedo a las postillas.
Escatofobia: Miedo a la materia fecal.
Escolequifobia: Miedo a los gusanos.
Escolionofobia: Miedo a la escuela.
Escopofobia: Miedo a ser mirado.
Escotofobia: Miedo a la oscuridad.
Escotomafobia: Miedo a la ceguera.
Escriptofobia: Miedo a escribir en público.
Especsofobia: Miedo a las avispas.
Espectrofobia: Miedo a los fantasmas.
Espermatofobia: Miedo al semen.
Esquelerofobia: Miedo a los hombres malos.
Esquiofobia: Miedo a las sombras.
Estasifobia: Miedo a estar de pie.
Estaurofobia: Miedo a las cruces.
Estenofobia: Miedo a las cosas o lugares estrechos.
Estigiofobia: Miedo al infierno.
Eufobia: Miedo a las buenas noticias.
Eurotofobia: Miedo a los órganos genitales femeninos.

  •  F
😖
Fagofobia: Miedo a comer.
Falacrofobia: Miedo a la calvicie.
Falofobia: Miedo a las erecciones.
Farmacofobia: Miedo a las medicinas.
Fasmofobia: Miedo a los fantasmas.
Febrifobia: Miedo a la fiebre.
Felinofobia: Miedo a los felinos.
Fengofobia: Miedo a la luz del día.
Filemafobia: Miedo a los besos.
Filofobia: Miedo al amor.
Filosofobia: Miedo a la filosofía.
Fobia Social: Miedo a ser juzgado negativamente, sentirse observado y juzgado por otros.
Fobofobia: Miedo a las fobias.
Fonofobia: Miedo a los ruidos.
Fonofobia: Miedo al teléfono.
Fotoaugliafobia: Miedo a las luces brillantes.
Fotofobia: Miedo a la luz.
Francofobia: Miedo a Francia.
Frigofobia: Miedo al frío.
Fronemofobia: Miedo a pensar. 

  •  G
😖
Galofobia: Miedo a Francia.
Gamofobia: Miedo al matrimonio.
Gatofobia: Miedo a los gatos.
Gefirofobia: Miedo a cruzar puentes.
Geliofobia: Miedo a la risa.
Geniofobia: Miedo a las barbillas.
Genofobia: Miedo al sexo.
Genufobia: Miedo a las rodillas.
Gerascofobia: Miedo a envejecer.
Germanofobia: Miedo a Alemania.
Gerontofobia: Miedo a los ancianos.
Geumafobia: Miedo al gusto.
Gimnofobia: Miedo a la desnudez.
Ginefobia: Miedo a las mujeres.
Glosofobia: Miedo a hablar.
Gnoseofobia: Miedo al conocimiento.
Grafofobia: Miedo a escribir.

  •  H
😖
Hadefobia: Miedo al infierno.
Hafefobia: Miedo a ser tocado.
Hagiofobia: Miedo a los santos.
Hamartofobia: Miedo al pecado.
Harpaxofobia: Miedo al robo o a los ladrones.
Hedonofobia: Miedo al placer.
Hefefobia: Miedo a ser tocado.
Helenologofobia: Miedo a los términos griegos.
Heliofobia: Miedo al Sol.
Helmintofobia: Miedo a ser infectado por gusanos.
Hemofobia: Miedo a la sangre.
Heresifobia: Miedo a los desafíos a la doctrina oficial.
Herpetofobia: Miedo a los reptiles.
Heterofobia: Miedo al sexo opuesto.
Hexakosioihexekontahexafobia: Miedo al número 666.
Hialofobia: Miedo al cristal.
Hidrargiofobia: Miedo a las medicinas de mercurio.
Hidrofobia: Miedo al agua.
Hidrofobofobia: Miedo a la rabia.
Hielofobia: Miedo al vidrio.
Hierofobia: Miedo a los sacerdotes y a lo sagrado.
Higrofobia: Miedo a los líquidos.
Hilefobia: Miedo al materialismo.
Hilefobia: Miedo a la epilepsia.
Hilofobia: Miedo a los bosques.
Hipengiofobia: Miedo a la responsabilidad.
Hipertricofobia: Miedo al pelo.
Hipnofobia: Miedo a dormir.
Hipnofobia: Miedo a ser hipnotizado.
Hipofobia: Miedo a los caballos.
Hipopotomonstrosesquipedaliofobia: Miedo a las palabras largas.
Hipsifobia: Miedo a las alturas.
Hobofobia: Miedo a los vagabundos.
Hodofobia: Miedo a los viajes por carretera.
Homiclofobia: Miedo a la niebla.
Homilofobia: Miedo a los sermones.
Hominofobia: Miedo a los hombres.
Homofobia: Miedo a los homosexuales, a la monotonía.
Homofobia: Miedo a la homosexualidad.
Hoplofobia: Miedo a las armas de fuego.
Hormefobia: Miedo al shock.
Hypengyofobia: Miedo a la responsabilidad. 

  •  I
😖
Iatrofobia: Miedo a los médicos.
Ideofobia: Miedo a las ideas.
Ictiofobia: Miedo a los peces.
Ilingofobia: Miedo al vértigo.
Insectofobia: Miedo a los insectos.
Iofobia: Miedo al veneno.
Isolofobia: Miedo a estar solo.
Isopterofobia: Miedo a las termitas.
Itifalofobia: Miedo a la erección peneana.

  •  J
😖
Japanofobia: Miedo a Japón.
Judeofobia: Miedo a los judíos.

  •  K
😖
Kakorrharfiofobia: Miedo al fracaso.
Kenofobia: Miedo al vacío.
Kinesofobia: Miedo al movimiento.

  •  L
😖
Lacanofobia: Miedo a las verduras.
Laliofobia: Miedo a hablar.
Latrofobia: Miedo a los médicos.
Leprofobia: Miedo a la lepra.
Leucofobia: Miedo al blanco.
Levofobia: Miedo a las cosas a la izquierda del cuerpo.
Ligirofobia: Miedo a ruidos fuertes.
Ligofobia: Miedo a la oscuridad.
Liguirofobia: Miedo a los ruidos fuertes.
Lilapsofobia: Miedo a los tornados y los huracanes.
Limnofobia: Miedo a los lagos.
Linonofobia: Miedo a las cuerdas.
Lisofobia: Miedo a la rabia o a volverse loco.
Liticafobia: Miedo a los pleitos.
Locquiofobia: Miedo al parto.
Logicomecanofobia: Miedo a las computadoras.
Logofobia: Miedo a las palabras.
Luifobia: Miedo a la sífilis.
Lutrafobia: Miedo a las nutrias.

  •  M
😖
Macrofobia: Temor a las largas esperas.
Mageirocofobia: Miedo a cocinar.
Malaxofobia: Miedo a los juegos amorosos.
Maniafobia: Miedo a la locura.
Mastigofobia: Miedo al castigo.
Mayeusiofobia: Miedo al parto.
Mecanofobia: Miedo a las máquinas.
Medomalacufobia: Miedo a perder una erección peneana.
Medortofobia: Miedo a la erección peneana.
Megalofobia: Miedo a las cosas grandes.
Melanofobia: Miedo al negro.
Melisofobia: Miedo a las abejas.
Melofobia: Miedo a la música.
Meningitofobia: Miedo a las enfermedades del cerebro.
Menofobia: Miedo a la menstruación.
Merintofobia: Miedo a ser atado.
Metalofobia: Miedo a los metales.
Metatesiofobia: Miedo a los cambios.
Meteorofobia: Miedo a los meteoros.
Metifobia: Miedo al alcohol.
Metrofobia: Miedo a la poesía.
Micofobia: Miedo a las setas.
Microbiofobia: Miedo a los microbios.
Microfobia: Miedo a las cosas pequeñas.
Mirmecofobia: Miedo a las hormigas.
Misofobia: Miedo a la suciedad o la contaminación.
Mitofobia: Miedo a las mentiras, mitos, historias o declaraciones falsas.
Mixofobia: Miedo a mezclarse con alguien diferente.
Mnemofobia: Miedo a los recuerdos.
Molismofobia: Miedo a la suciedad.
Monofobia: Miedo a la soledad.
Monopatofobia: Miedo a las enfermedades.
Motefobia: Miedo a las polillas.
Motorfobia: Miedo a los automóviles.
Musofobia: Miedo a los ratones.

  •  N
😖
Nebulafobia: Miedo a la niebla.
Necrofobia: Miedo a la muerte, a los cadáveres.
Nefofobia: Miedo a las nubes.
Negrofobia: Miedo a los negros.
Nelofobia: Miedo al vidrio.
Neofarmacofobia: Miedo a los nuevos medicamentos.
Neofobia: Miedo a lo nuevo.
Neumatifobia: Miedo a los espíritus.
Nictofobia: Miedo a la oscuridad.
Nictohilofobia: Miedo a los bosques oscuros.
Noctifobia: Miedo a la noche.
Nomatofobia: Miedo a los nombres.
Nosocomefobia: Miedo a los hospitales.
Nosofobia: Miedo a enfermar o a padecer una enfermedad grave.
Nostofobia: Miedo a volver a casa.
Novercafobia: Miedo a la madrastra.
Nucleomitufobia: Miedo a las armas nucleares.
Nudofobia: Miedo a la desnudez.
Numerofobia: Miedo a los números.

  •  O
😖
Obesofobia: Miedo a aumentar de peso.
Oclofobia: Miedo a las multitudes.
Ocofobia: Miedo a los vehículos.
Octofobia: Miedo a la figura del número 8.
Odinofobia: Miedo al dolor.
Odontofobia: Miedo a los dientes o al dentista.
Oenofobia: Miedo al vino.
Ofidiofobia: Miedo a las serpientes.
Oftalmofobia: Miedo de ser observado fijamente.
Oicofobia: Miedo a los alrededores del hogar.
Olfactofobia: Miedo a los olores. 
Omatofobia: Miedo a los ojos. 
Ombrofobia: Miedo a la lluvia.
Onirofobia: Miedo a los sueños.
Onirogmofobia: Miedo a los sueños húmedos.
Onomatofobia: Miedo a escuchar cierta palabra.
Onomatofobia: Miedo a los nombres.
Opiofobia: Miedo a los experimentos médicos. 
Opiofobia: Miedo de preescribir medicamentos. 
Optofobia: Miedo a abrir los ojos.
Ornitofobia: Miedo a los pájaros. 
Ortofobia: Miedo a la propiedad,a lo que es de cada uno. 
Osmofobia: Miedo a oler. 
Ostraconofobia: Miedo a los mariscos. 

  •  P
😖
Pagofobia: Miedo al hielo o a la escarcha.
Panofobia: Miedo a todo.
Panzofobia: Miedo a sufrir y enfermar.
Papafobia: Miedo al Papa.
Papirofobia: Miedo al papel.
Parafobia: Miedo a la perversión sexual.
Paralipofobia: Miedo a las responsabilidades.
Parascevedecatriafobia: Miedo al viernes 13.
Parasitofobia: Miedo a los parásitos.
Partenofobia: Miedo a las vírgenes.
Parturifobia: Miedo al parto.
Patofobia: Miedo a las enfermedades.
Patroyofobia: Miedo a la herencia.
Pecatofobia: Miedo a pecar.
Pediculofobia: Miedo a los piojos.
Pediofobia: Miedo a las muñecas.
Pedofobia: Miedo a los niños. 
Peladofobia: Miedo a las personas calvas. 
Pelagrofobia: Miedo a la pelagra. 
Peniafobia: Miedo a la pobreza. 
Penterafobia: Miedo a la suegra. 
Piretofobia: Miedo a la fiebre. 
Pirofobia: Miedo al fuego. 
Placofobia: Miedo a las lápidas.
Plutofobia: Miedo a las riquezas.
Pluviofobia: Miedo a la lluvia.
Pneumatifobia: Miedo a los espíritus. 
Pnigofobia: Miedo a ahogarse o a atragantarse.
Pocrescofobia: Miedo a aumentar de peso. 
Pogonofobia: Miedo a las barbas.
Poinefobia: Miedo al castigo. 
Polifobia: Miedo a muchas cosas. 
Poliosofobia: Miedo a la poliomielitis.
Politicofobia: Miedo a los políticos. 
Ponofobia: Miedo a trabajar en exceso.
Ponofobia: Miedo al dolor. 
Porfirofobia: Miedo al púrpura. 
Potamofobia: Miedo a los ríos. 
Potofobia: Miedo a beber alcohol. 
Proctofobia: Miedo al recto. 
Prosofobia: Miedo al progreso.
Pselismofobia: Miedo a tartamudear. 
Psicofobia: Miedo a la mente.
Psicrofobia: Miedo al frío.
Pteromeranofobia: Miedo a volar.
Pteronofobia: Miedo a que le hagan cosquillas con una pluma.
Ptiriofobia: Miedo a los piojos.
Ptisiofobia: Miedo a la tuberculosis.
Pupafobia: Miedo a los títeres..

  •  Q
😖
Queimafobia: Miedo al frío.
Quenofobia: Miedo al vacío.
Querofobia: Miedo a la alegría.
Quetofobia: Miedo al pelo.
Quifofobia: Miedo a agacharse.
Quimofobia: Miedo a los químicos.
Quimofobia: Miedo a las olas.
Quionofobia: Miedo a la nieve.
Quiraptofobia: Miedo a ser tocado.
Quirofobia: Miedo a las manos.

  •  R
😖
Rabdofobia: Miedo a ser severamente castigado.
Rabdofobia: Miedo a ser severamente criticado.
Rabdofobia: Miedo a las varitas mágicas.
Radiofobia: Miedo a la radiación.
Ranidafobia: Miedo a las ranas.
Rectofobia: Miedo al recto o a las enfermedades rectales.
Ripofobia: Miedo a la defecación.
Ritifobia: Miedo a las arrugas.
Rupofobia: Miedo a la suciedad.
Rusofobia: Miedo a Rusia. 

  •  S
😖
Samhainofobia: Miedo a Halloween. 
Sarmasofobia: Miedo a los juegos amorosos. 
Satanofobia: Miedo a Satán. 
Sciofobia: Miedo a las sombras.
Selacofobia: Miedo a los tiburones. 
Selafobia: Miedo a los flashes de luz. 
Selenofobia: Miedo a la luna. 
Seplofobia: Miedo a las sustancias putrefactas. 
Sesquipedalofobia: Miedo a las palabras largas. 
Sexofobia: Miedo al sexo opuesto. 
Sidafobia: Miedo al sida. 
Siderodromofobia: Miedo a los trenes. 
Siderofobia: Miedo a las estrellas. 
Sifilofobia: Miedo a la sífilis. 
Simbolofobia: Miedo al simbolismo. 
Simetrofobia: Miedo a la simetría. 
Singenesofobia: Miedo a los parientes. 
Sinistrofobia: Miedo a la izquierda. 
Sinofobia: Miedo a China. 
Sitiofobia: Miedo a la comida o a comer. 
Socerafobia: Miedo a los suegros. 
Sociofobia: Miedo a la sociedad. 
Sofofobia: Miedo a aprender. 
Somnifobia: Miedo a dormir. 
Soteriofobia: Miedo a la dependencia. 
Surifobia: Miedo a los ratones.

  •  T
😖
Tasofobia: Miedo a sentarse. 
Tacofobia: Miedo a la velocidad. 
Taeniafobia: Miedo a la tenia o lombriz solitaria. 
Tafiofobia: Miedo a ser enterrado vivo. 
Talasofobia: Miedo al mar. 
Tanatofobia: Miedo a la muerte. 
Tapinofobia: Miedo a ser contagioso. 
Taurofobia: Miedo a los toros. 
Teatrofobia: Miedo a los teatros. 
Tecnofobia: Miedo a la tecnología. 
Telefonofobia: Miedo a los teléfonos. 
Teleofobia: Miedo a los planes definidos. 
Teleofobia: Miedo a las ceremonias religiosas. 
Teofobia: Miedo a los dioses o a la religión. 
Teológicofobia: Miedo a la teología. 
Teratofobia: Miedo a las personas deformadas. 
Termofobia: Miedo al calor. 
Testofobia: Miedo a los tests o a los exámenes. 
Tetanofobia: Miedo al tétanos. 
Tetrafobia: Miedo al número 4. 
Teutofobia: Miedo a Alemania. 
Textofobia: Miedo a la tela. 
Tiranofobia: Miedo a los tiranos. 
Tocofobia: Miedo al embarazo o al parto. 
Tomofobia: Miedo a las operaciones quirúrgicas. 
Tonitrofobia: Miedo a los truenos. 
Topofobia: Miedo a ciertos lugares o situaciones.
Toxifobia: Miedo a los venenos. 
Traumatofobia: Miedo a los accidentes. 
Tremofobia: Miedo a los terremotos y temblores.
Tricofobia: Miedo al pelo. 
Tripanofobia: Miedo a las inyecciones.
Triquinofobia: Miedo a la triquinosis. 
Triscadecafobia: Miedo al número 13. 
Tropofobia: Miedo a mudarse o a hacer cambios.
Tuberculofobia: Miedo a la tuberculosis

  •  U
😖
Uranofobia: Miedo al paraíso. 
Urofobia: Miedo a la orina.

  •  V
😖
Vacunafobia: Miedo a la vacunación.
Valonofobia: Miedo a los valones.
Venustrafobia: Miedo a las mujeres hermosas.
Verbofobia: Miedo a las palabras. 
Verminofobia: Miedo a los gérmenes.
Vestifobia: Miedo a la ropa. 
Vicafobia: Miedo a las brujas. 
Virginitifobia: Miedo a la violación. 
Vitricofobia: Miedo al padrastro. 

  •  X
😖
Xantofobia: Miedo al amarillo. 
Xenofobia: Miedo u odio a los extranjeros.
Xenoglosofobia: Miedo a las lenguas extranjeras. 
Xerofobia: Miedo a la sequedad. 
Xilofobia: Miedo a los objetos de madera. 
Xilofobia: Miedo a los bosques. 
Xirofobia: Miedo a las navajas barberas.

  •  Z
😖
Zelofobia: Miedo a los celos. 
Zemifobia: Miedo a los topos.
Zeusofobia: Miedo a Dios o a los dioses.
Zoofobia: Miedo a los animales.

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