Onicofagia; Síntomas de uñas en mal estado
Morderse las uñas y las cutículas: una mala costumbre que esconde varios riesgos, puede derivar en un crecimiento anormal de las uñas y diez consejos para evitarlo.
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Los expertos avisan:
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Onicofagia; Síntomas de uñas en mal estado
Del griego "onyx" y "phagein", la onicofagia es el hábito de "comerse las uñas" de forma continuada. Se trata de una costumbre que pueden sufrir las personas a cualquier edad y que, aunque no lo creamos, es muy difícil de dejar. Asimismo, es necesario tener en cuenta que la cutícula es un elemento clave para la protección de la uña.
La doctora Montserrat Salleras es especialista en dermatología de la Clínica Dermatológica Salleras (Barcelona) y profundiza acerca de la importancia que tiene la cutícula en el mantenimiento de unas uñas sanas y los problemas que puede acarrear mordérselas.
► ¿Qué función tiene la cutícula?
La cutícula tiene una función protectora, pues se encarga de resguardar a la uña y al tejido que la rodea de traumatismos y de posibles infecciones. Si no hay cutícula, hay mucha más propensión a infecciones bacterianas, de hongos o víricas.
La persona que carece de ella, ya sea por alguna enfermedad, porque se la elimina de forma inconsciente cuando se muerde las uñas o si se la eliminan en las manicuras por motivos estéticos, tendrá más probabilidad de infectarse.
► ¿Por qué nos mordemos las uñas?
Es una combinación de factores emocionales como la preocupación, la tristeza, la ira, o incluso el aburrimiento o la excitación. Podemos hacerlo tanto al estar ansiosos o miedosos por algo que nos preocupa como por algo que nos da vergüenza. Asimismo, otra de las razones puede ser que lo hagamos por algo positivo, como cuando nos acaban de dar una buena noticia o algo similar, explica Vanessa Fernández, doctora en psicología del Instituto de Psiquiatría Martínez Campos de Madrid.
La persona ha aprendido a asociar este gesto con algo que le tranquiliza y le libera de las tensiones momentáneamente.
A su vez, se trata de un gesto que responde a la interacción entre emoción y comportamiento. Esto consiste en ejercer un hábito a partir del cual, cuando yo estoy experimentando esta emoción o cuando estoy ante una situación concreta, por ejemplo, viendo la tele, me muerdo las uñas.
El sentido instrumental de las uñas ha dado paso a un uso estético que en ocasiones pasa por alto los aspectos relacionados con la salud. La fuerza o el aspecto de las uñas pueden además indicar la existencia de un trastorno subyacente.
Las uñas están compuestas por capas laminadas de una proteína llamada queratina y crecen desde el área de la base de la uña bajo la cutícula. A medida que se forman células nuevas, las células antiguas se vuelven duras y compactas y son finalmente empujadas en dirección al exterior hacia las puntas de los dedos.
Las uñas sanas son suaves, sin marcas ni muescas. Son uniformes en color y consistencia y están libres de puntos o decoloraciones. Algunas veces desarrollan crestas verticales inocuas que van de la cutícula hacia la punta de la uña. Estas crestas verticales tienden a volverse más prominentes con la edad.
Las uñas pueden también desarrollar líneas o puntos blancos debido a lesiones pero suelen desaparecer con el crecimiento de la uña. Pero, como señalan en la Clínica Mayo no todos los aspectos de las uñas son normales, por lo que hay que consultar al dermatólogo cuando observe los siguientes síntomas:
- Cambios en el color de la uña, como decoloración completa o una mancha oscura bajo ellas. Cambios en la forma (como uñas curvadas).
- Adelgazamiento o engrosamiento.
- Separación de la uña de los alrededores de la piel.
- Sangrado alrededor de las uñas.
- Rojez, inflamación o dolor alrededor de las uñas.
► ¿Qué riesgos tiene la onicofagia?
Es un hábito que daña la cutícula y puede ir más allá, ya que el tejido periungueal (que bordea las uñas) también se ve afectado. Antes habían productos tópicos que tenían la función de hacer desagradable el acto de mordérselas, pero realmente quienes lo hacían acababan acostumbrándose al sabor.
A veces incluso, si la persona se muerde las uñas de forma muy agresiva, se puede producir la lesión de la matriz de la uña, que está debajo de la cutícula y del tejido periungueal.
Si esa matriz se daña, no tiene ninguna capacidad de reparación y se trata de una alteración irreversible. Si esto ocurre, la uña va a crecer de manera distrófica, es decir, de forma irregular, más gruesa, con estrías o rasguños.
En primer lugar, se le enseña al paciente a detectar cuáles son los momentos en los que más se muerde las uñas. Para ello, el que lo sufre tiene que elaborar un autoregistro en el que anota cuál es la situación en la que se está comiendo las uñas. A continuación, el afectado lleva a cabo una serie de conductas que le ayudan a realizar algo diferente en ese tipo de situaciones. Por ejemplo, si se las come cuando está ansioso, se le enseña a poner en práctica alguna técnica de relajación. En cambio, si se trata de un caso en el que se las muerde cuando le está dando vueltas a la cabeza, se le enseña a controlar el pensamiento y algunas técnicas de manejo conductual incompatible, es decir, a realizar una actividad que sea incompatible con el hábito.
► ¿La manicura es una solución?
La manicura de gel, en principio, no da problemas, pero hace que la uña tenga una superficie encima y permite que se acumule sudor, agua, jabón, lo que hace que haya más propensión a coger infecciones, sobre todo de hongos, que son los gérmenes a los que les gusta la humedad.
Cuando se retira el gel, se puede provocar un daño en la lámina de la uña, que hace que sea más fea estéticamente, tanto por el propio gel como por los productos que se utilizan para eliminarlo. La lámina suele quedar dañada después de llevar algún tiempo este tipo de manicura y hay uñas sanas que acaban enfermas al hacer esto. También depende de los tipos de uñas, ya que hay gente que las tiene más fuertes y resistentes, al igual que sucede con el cabello.
Por otro lado, si una persona tiene una enfermedad, hay veces que se ponen estas uñas como remedio estético y solución cosmética. Al no poder empeorarse, se recurre a esta vía. Eso sí, hacerse la manicura no se trata de una solución para dejar la onicofagia.
Desde luego, los tratamientos farmacéuticos han fracasado. Antes había productos tópicos que tenían la función de hacer desagradable el acto de mordérselas, pero realmente el que lo hacía acababa acostumbrándose al sabor, por lo que hay que ir buscando tratamientos psicoterápicos o, en casos muy graves, se utilizan fármacos.
► Consejos para tener unas uñas sanas
Siempre que se esté cocinando, manipulando agua, detergente, alimentos o con la uña húmeda mucho rato:
- hay que utilizar guantes.
- Aplicación nocturna de cremas hidratantes para uñas.
- Aplicar un endurecedor para protegerlas.
Para mantener las uñas en su mejor estado los especialistas de la institución estadounidense señalan una serie de aspectos a tener en cuenta en su cuidado:
- Mantener las uñas limpias y secas: esto evita que bacterias, hongos y otros organismos crezcan bajo ellas.
- Es preferible utilizar guantes de goma con interior de algodón cuando se lavan platos, al limpiar o utilizar productos químicos agresivos y es mejor evitar un remojo excesivo en el baño.
- Cortar y limar con regularidad: se debe utilizar tijeras afiladas de manicura o cortaúñas. Corte sus uñas rectas a lo ancho, después redondee las puntas en una curva suave. Podría ser más sencillo cortar y limar las uñas cuando están más suaves, como tras un baño.
- Emplear crema hidratante: cuando utilice loción para las manos, frote la loción en uñas y cutículas también.
- Utilizarlas con cuidado: hay que evitar ser bruscos cuando se empleen ya sea para recoger, separar o desprender elementos.
- Evitar morderlas o eliminar las cutículas: puede dañarse la base de la uña. Incluso un pequeño corte a lo largo puede permitir a las bacterias u hongos entrar y producir una infección.
- No tirar de los padrastros: porque puede llevar a 'tirar' también de tejido sano. Hay que acostumbrarse a cortarlos con cuidado.
Acudir al médico o especialista: no hay que ignorar los problemas, si existe algún trastorno en una uña que parece que no se va por sí solo o que está asociado con otros signos y síntomas, es necesario consultarlo con el médico o el dermatólogo para que lo evalúe.
Atención a las pedicuras y manicuras: hay que acudir a establecimientos acreditados con técnicos especialistas. Hay que conservar las cutículas porque previenen las infecciones y es importante informarse sobre las técnicas de esterilización del material y de los baños de pies.
En caso de fragilidad o debilidad: para fortalecerlas y reducir el riesgo de que se resquebrajen se deben mantener cortas, utilizar crema, aplicar una fina capa de esmalte claro para mantener su humedad natural y usar quitaesmalte sólo una vez por semana y sin acetona.
Uso de suplementos: cambiar la dieta o tomar multivitamínicos a diario no suele solucionar el problema de la fragilidad de las uñas sin embargo, existen investigaciones que sugieren que un suplemento nutricional de biotina podría ser de ayuda.
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