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miércoles, 5 de julio de 2017

Trastornos de la imagen corporal y uso de esteroides anabólicos

Trastornos de la imagen corporal y uso de esteroides anabólicos  


Dismorfia muscular en hombres: Los hombres jóvenes se han vuelto cada vez más preocupados por su musculatura, esto se ve reflejado por una creciente prevalencia de "dismorfia muscular”.

Autor(es): 
Harrison G. Pope Jr, MD; Jag H. Khalsa, MS, PhD; Shalender Bhasin, MB, BS 
Enlace: JAMA. 2017;317(1):23-24

  •  Resumen



  • La mayoría de los usuarios no son atletas competitivos, sino más bien físicoculturistas no atletas  que utilizan esteroides en gran medida para verse más delgados y más musculosos.
  • Un análisis reciente estimó que 2,9 millones a 4,0 millones de personas en los Estados Unidos, casi todos hombres, han utilizado esteroides anabólicos en algún momento de sus vidas. Este análisis estimó que alrededor de 1 millón de hombres en los Estados Unidos han sufrido dependencia de esos esteroides anabólicos que continuaron usando en dosis altas durante años. 
  • Antes de los años 80, el uso de AAS estaba restringido en gran medida a atletas de élite. Con la publicación de libros populares sobre cómo usar estos fármacos, comenzando en los años 80, el uso de esteroides anabólicos comenzó a extenderse del mundo atlético a la población en general.                                                                                                                                                               


  •  Introducción 

Durante las últimas décadas la imagen del cuerpo masculino idealizado en muchos países se ha desplazado hacia un nivel sustancialmente más alto de musculatura. Los competidores de culturismo, modelos masculinos e incluso juguetes de acción para niños (por ejemplo, "G.I. Joe") se han vuelto significativamente más musculosos que sus predecesores de los años sesenta. Hoy en día, los hombres jóvenes están constantemente expuestos a imágenes masculinas musculosas en portadas de revistas, anuncios, televisión y películas.


Tal vez como consecuencia de estas tendencias los hombres jóvenes se han vuelto cada vez más preocupados por su musculatura, esto se ve reflejado por una creciente prevalencia de “dismorfia muscular”, una forma de trastorno de la imagen corporal caracterizada por una preocupación obsesiva con una apariencia muscular. En la literatura científica hace menos de 25 años, la dismorfia muscular se ha convertido en el tema de numerosos informes y ha sido incluida como un diagnóstico oficial en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Psiquiátrica Americana (DSM-5).

  •  Resultados

Se ha reportado que aproximadamente el 2,2% de los hombres de los EE.UU. presentan trastorno dismórfico corporal, y entre estos hombres con trastorno dismórfico corporal del 9 al 25% tienen dismorfia muscular, lo que sugeriría la posibilidad de que cientos de miles de hombres estadounidenses pueden tener este síndrome.2 Los hombres con dismorfia muscular describen la insatisfacción con su tamaño corporal y forma y están preocupados con la idea de que su cuerpo sea insuficientemente musculoso.

"La mayoría de los usuarios no son atletas competitivos, sino más bien físicoculturistas no atletas  que utilizan esteroides en gran medida para verse más delgados y más musculosos"

Estos hombres muestran tasas elevadas de trastornos de ánimo y ansiedad, comportamientos obsesivos y compulsivos, abuso de sustancias y deterioro del funcionamiento social y ocupacional.1,3 La mayoría de los hombres con dismorfia muscular participan en el levantamiento de pesas, muchos de ellos usan suplementos dietéticos y en 2 estudios, 10 de 23 hombres (44%) 1 y 11 de 24 hombres (46%) 3 presentaron dismorfia muscular e informaron del uso durante toda la vida de esteroides anabólicos androgénicos (AAS) -la familia de fármacos que incluye testosterona y sus muchos derivados sintéticos.

Un análisis reciente estimó que 2,9 millones a 4,0 millones de personas en los Estados Unidos, casi todos hombres, han utilizado esteroides anabólicos en algún momento de sus vidas. Este análisis estimó que alrededor de 1 millón de hombres en los Estados Unidos han sufrido dependencia de esos esteroides anabólicos que continuaron usando en dosis altas durante años.4 Antes de los años 80, el uso de AAS estaba restringido en gran medida a atletas de élite. Con la publicación de libros populares sobre cómo usar estos fármacos, comenzando en los años 80, el uso de esteroides anabólicos comenzó a extenderse del mundo atlético a la población en general.

  •  Discusión 

Hoy en día, la mayoría de los usuarios no son atletas competitivos, sino más bien físicoculturistas no atletas  que utilizan esteroides en gran medida para verse más delgados y más musculosos. Dentro de esta creciente población de usuarios de anabólicos, incluso los miembros más antiguos -los que iniciaron el uso como jóvenes en la década de 1980- están entrando en la edad madura y comienzan a experimentar los efectos combinados del abuso a largo plazo y el envejecimiento.

En sus intentos de ganar músculo y perder grasa corporal los usuarios de esteroides anabólicos suelen combinar dosis altamente supra-fisiológicas de anabólicos con otras sustancias que mejoran el aspecto y el rendimiento, como la hormona del crecimiento humano, las hormonas tiroideas, la insulina, el clenbuterol y otras sustancias potencialmente tóxicas. Los usuarios de anabólicos a menudo muestran comportamientos adicionales de alto riesgo como la ingestión de drogas de abuso (como cocaína y opioides), comportamientos sexuales inseguros y prácticas inseguras de inyección.5,6

Además, una gran población de personas no usa intencionalmente drogas ilícitas anabólicas pero usan cantidades sustanciales de suplementos herbales o dietéticos de venta libre que pretenden mejorar el rendimiento y la apariencia. La venta de tales suplementos está ampliamente desregulada y se ha encontrado que muchos productos contienen anabólicos ilegales, otros compuestos anabólicos (por ejemplo, moduladores selectivos de receptores de andrógenos) e incluso contaminantes tóxicos sin propiedades anabólicas7. Estos productos pueden ocasionar problemas de salud para las personas que los usan, incluyendo un gran número de hombres y mujeres en las Fuerzas Armadas de los EE.UU., cuyo consumo de estos suplementos está aumentando y que pueden ser sin saberlo estar expuestos a los esteroides anabólicos y a otras drogas potentes.

La evidencia emergente ha implicado varios efectos adversos para la salud del uso de anabólicos, incluyendo un mayor riesgo de muerte prematura, trastornos cardiovasculares, efectos psiquiátricos, supresión prolongada del eje hipotálamo-hipófisario-testicular y posibles efectos neurotóxicos a largo plazo.4,8

La exposición a dosis supra-fisiológicas de anabólicos se ha relacionado con disfunción miocárdica y accidente cerebrovascular, cardiomiopatía clínicamente grave y aceleración de la enfermedad aterosclerótica en individuos jóvenes conocidos o que se cree que los han utilizado.4,8,9 Además, durante la exposición los usuarios pueden desarrollar mania o síntomas hipomaníacos, a veces asociados con agresión, violencia e incluso homicidio.

Los usuarios de anabólicos pueden desarrollar hipogonadismo prolongado después del retiro de los suplementos que a veces puede persistir durante años.10 Durante el retiro de los anabólicos el hipogonadismo puede causar que algunos usuarios desarrollen depresión mayor, llevando en algunos casos a suicidiabilidad. Pocos clínicos están familiarizados con el tratamiento del hipogonadismo inducido por estas drogas, y los médicos suelen adoptar un enfoque de simplemente aconsejar a los usuarios que detengan estos fármacos. Sin embargo, en un intento de auto-tratar los síntomas altamente angustiosos de hipogonadismo al retirarlos, los usuarios suelen reanudar su uso, lo que lleva al círculo vicioso de la dependencia.

Los niveles supra-fisiológicos de anabólicos producen efectos apoptóticos en células neuronales humanas, aumentando la posibilidad de demencia de inicio temprano en individuos con exposición prolongada a dosis altas. Además, los usuarios experimentan una mayor prevalencia de efectos nefrotóxicos; lesiones musculoesqueléticas, especialmente rupturas del tendón; efectos tóxicos del hígado; infecciones por agujas como el virus de la inmunodeficiencia humana y la hepatitis C. Una reciente Declaración Científica de la Sociedad de Endocrinología proporciona referencias a la creciente literatura que documenta estos diversos efectos.4

Las consecuencias a largo plazo de la salud del abuso de anabólicos y el conocimiento de estrategias eficaces para prevenir o tratar este desorden siguen siendo limitados. La falta de estudios es parcialmente atribuible a la naturaleza encubierta del uso y abuso, lo que ha impedido que este problema reciba la atención de los responsables políticos y de las agencias de financiamiento, quienes pueden considerar a los anabólicos simplemente como un problema de uso ilegal de estas sustancias en los deportes. El tema ha recibido poca cobertura en los libros de texto de medicina y, hasta hace poco, había limitada la atención en la literatura médica general. Por lo tanto, muchos clínicos pueden no ser conscientes de abuso de esteroides por no físicoculturistas y no estar preparados para tratar a los pacientes que se presentan con cuadros de síntomas por suspensión o con otras complicaciones inducidas por los esteroides anabólicos.

"Las imágenes mediáticas modernas equiparan falsamente la muscularidad con la masculinidad"

Se necesitan varios pasos para abordar los problemas de salud asociados con el uso de anabólicos. Los estudios observacionales a largo plazo son esenciales para determinar la prevalencia, los patrones de abuso y los riesgos para la salud asociados con el uso. Debido a que los ensayos clínicos no pueden duplicar éticamente las grandes dosis de anabólicos (a menudo combinadas con otros fármacos que mejoran la apariencia y el rendimiento) utilizados por los halterofilistas (levantamiento de pesas) no atletas, los estudios observacionales probables representan probablemente el único enfoque factible para recopilar datos sobre los riesgos para la salud asociados con estos fármacos.

Adicionalmente, se necesitan ensayos aleatorios para evaluar la efectividad de intervenciones terapéuticas integradas para el tratamiento de los efectos adversos de los anabólicos y de los fármacos asociados, incluyendo intervenciones para abordar el ciclo vicioso de hipogonadismo, recaída y dependencia.

  •  Conclusión 

Es importante sensibilizar al público, a los profesionales de la salud y a los responsables de la formulación de políticas sobre las graves consecuencias para la salud. La influencia deletérea de los trastornos de la imagen corporal como la dismorfia muscular y la posible influencia adversa de las imágenes mediáticas modernas que equiparan falsamente la muscularidad con la masculinidad.

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Traducción y resumen:  Dr. Rafael Perez Garcia vía EmergenMedHB

  •  Referencias bibliográficas

1. Cafri  G, Olivardia  R, Thompson  JK.  Symptom characteristics and psychiatric comorbidity among males with muscle dysmorphia. Compr Psychiatry. 2008;49(4):374-379.
2. Phillips  KA, Wilhelm  S, Koran  LM,  et al.  Body dysmorphic disorder: some key issues for DSM-V. Depress Anxiety. 2010;27(6):573-591.
3. Olivardia  R, Pope  HG  Jr, Hudson  JI.  Muscle dysmorphia in male weightlifters: a case-control study. Am J Psychiatry. 2000;157(8):1291-1296.
4. Pope  HG  Jr, Wood  RI, Rogol  A, Nyberg  F, Bowers  L, Bhasin  S.  Adverse health consequences of performance-enhancing drugs: an Endocrine Society Scientific Statement. Endocr Rev. 2014;35(3):341-375.
5. Ip  EJ, Barnett  MJ, Tenerowicz  MJ, Perry  PJ.  The Anabolic 500 survey: characteristics of male users versus nonusers of anabolic-androgenic steroids for strength training. Pharmacotherapy. 2011;31(8):757-766.
6. Ip  EJ, Yadao  MA, Shah  BM, Lau  B.  Infectious disease, injection practices, and risky sexual behavior among anabolic steroid users. AIDS Care. 2016;28(3):294-299.
7. Givens  ML, Deuster  PA, Kupchak  BR.  CHAMP Symposium on androgens, anabolic steroids, and related substances: what we know and what we need to know. Mil Med. 2016;181(7):680-686.
8. Thiblin  I, Garmo  H, Garle  M,  et al.  Anabolic steroids and cardiovascular risk: a national population-based cohort study. Drug Alcohol Depend. 2015;152:87-92.
9. Baggish  AL, Weiner  RB, Kanayama  G,  et al.  Long-term anabolic-androgenic steroid use is associated with left ventricular dysfunction. Circ Heart Fail. 2010;3(4):472-476.
10. Rasmussen  JJ, Selmer  C, Østergren  PB,  et al.  Former abusers of anabolic androgenic steroids exhibit decreased testosterone levels and hypogonadal symptoms years after cessation: a case-control study. PLoS One. 2016;11(8):e0161208.








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