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domingo, 8 de septiembre de 2019

Edema cerebral; Emergencia neurológica

Edema cerebral; Emergencia neurológica 

Fisiopatología, manifestaciones clínicas, diagnóstico y monitoreo neurológico: Se define como el aumento patológico de la cantidad de líquido en el cerebro con incremento del volumen del parénquima cerebral y la presión intracraneana, cuando la magnitud es suficiente se manifiestan síntomas clínicos.

Autor(es): Dr. Rafael Pérez García
Enlace: Em Med HB 2019; 9: 9 (1)



  •  Resumen


  • El edema cerebral es un padecimiento frecuente en nuestra práctica clínica y en los pacientes críticos con daño cerebral agudo, lo que origina mayor morbilidad y mortalidad. 
  • Sus consecuencias son mortales e incluyen: isquemia secundaria a daño del flujo sanguíneo cerebral regional o global y modificación de los compartimentos intracraneales debido a la hipertensión craneal aumentada que resulta en compresión de estructuras cerebrales vitales.
  • Los objetivos del presente artículo son lograr en el personal prehospitalario, de emergencia y cuidados intensivos el adecuado entendimiento de los eventos subyacentes a la fisiopatología, el diagnóstico y monitoreo que permitan reducir su casuística y resultado final en la morbilidad y mortalidad del paciente y revisar los conceptos básicos y mecanismos del edema cerebral, y analizar el manejo actual de este complejo problema clínico.                                                                                                                                                      

  •  Introducción 

En el decenio de 1960 inició el estudio del edema cerebral; Igor Klatzo, el precursor y principal contribuidor, desarrolló las bases de la clasificación actual, resultado de sus estudios experimentales en animales.1 En su primer reporte publicado en 1970 en la revista Stroke dividió al edema cerebral en vasogénico y citotóxico, pero debido a la complejidad y al nuevo entendimiento de sus mecanismos fisiopatológicos, actualmente se ha llegado al consenso de clasificarlo en vasogénico, citotóxico e intersticial, lo que permite no sólo diferenciar sus mecanismos moleculares, sino proporcionar una guía simple de su tratamiento.2,3

► "Todos los pacientes con edema cerebral agudo deben ser evaluados de forma temprana y tratados con terapias que van a solucionar la patología de base. El buen manejo médico de estos pacientes es de vital importancia para asegurar un resultado clínico adecuado.4"

Desde el lugar de la escena hasta la unidad de cuidados intensivos el manejo de esta patología involucra la correcta participación de paramédicos, emergenciologos e intensivistas, aplicando las Guías y protocolos establecidas para su manejo. Sin embargo es imprescindible conocer las bases fisiopatologicas de esta enfermedad por parte de estos recursos humanos para contribuir a reducir su morbilidad y mortalidad a nivel social. 

  •  Objetivos

Los objetivos del presente artículo son lograr en el personal prehospitalario, de emergencia y cuidados intensivos: 
  1. El adecuado entendimiento de los eventos subyacentes a la fisiopatología, el diagnóstico y monitoreo que permitan reducir su casuística y resultado final en la morbilidad y mortalidad del paciente. 
  2. Revisar los conceptos básicos y mecanismos del edema cerebral, y 
  3. Analizar el manejo actual de este complejo problema clínico.

  •  Fisiopatología y clasificación

► "El edema cerebral es una reacción estereotipada del cerebro ante cualquier acceso, y es una complicación muy frecuente en aquellos pacientes con alteraciones de la barrera hematoencefálica.4"

Los tipos de edema más importantes son el vasogénico y el citotóxico. El primero implica alteraciones primarias de la barrera hematoencefálica, mientras que el segundo de la homeostasis celular.4

El edema vasogénico se centra en la interrupción de la barrera hematoencefálica, lo que permite el incremento en la permeabilidad y escape de fluidos del espacio intravascular al espacio extracelular. Ejemplos de este tipo de edema se encuentran en los tumores cerebrales, lesiones inflamatorias y el traumatismo craneoencefálico, aunque en este último pueden coexistir los tres tipos de edema (Figura 1).5 



Figura 1. El edema vasogénico se centra en la interrupción de la barrera hematoencefálica, lo que permite el incremento en la permeabilidad y el escape de fluidos del espacio intravascular al espacio extracelular.
VS: vaso sanguíneo; PA: pie astrocitario.


                                                                                                                                                     
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Asimismo, el edema intersticial es resultado del incremento del flujo transependimario de los compartimentos intraventriculares al parénquima cerebral, consecuencia de la obstrucción del flujo del líquido cefalorraquídeo o reabsorción y posterior aumento de la presión intraventricular que originan la interrupción de las uniones estrechas de las células ependimarias y fuga de agua mediante un mecanismo osmótico. La hidrocefalia obstructiva o no obstructiva es ejemplo de este tipo de edema (Figura 2).



Figura 2. El edema intersticial es resultado del incremento del flujo transependimario de los compartimentos intraventriculares al parénquima cerebral, consecuencia de la obstrucción del flujo del líquido cefalorraquídeo o reabsorción y posterior aumento de la presión intraventricular que originan la interrupción de las uniones estrechas de las células ependimarias y fuga de agua mediante un mecanismo osmótico. LCR: líquido cefalorraquídeo.

                                                                     
                                                                           

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El edema citotóxico, también conocido como edema celular o edema oncótico, es el resultado de cualquier lesión celular que conlleve a la falla energética en la que la bomba Na+K+ATPasa no cuenta con suficiente capacidad para mantener los gradientes iónicos celulares, por lo que ocurre un influjo anómalo de sodio y agua hacia la célula modificando la homeostasia intra y extracelular. Ejemplo de este tipo de edema son la isquemia cerebral y las alteraciones metabólicas sistémicas (Figura 3).6 


Figura 3. El edema citotóxico es resultado de cualquier lesión celular que conlleve insuficiencia energética en la que la bomba Na+K+ ATPasa no tiene la suficiente capacidad para mantener los gradientes iónicos celulares, por lo que ocurre un influjo anómalo de sodio y agua hacia la célula modificando la homeostasia intra y extracelular.
                                                                     
                                                           
                 

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En este tipo de edema se ha manejado un subtipo conocido como edema neurotóxico, que es originado por la acumulación excesiva de neurotrasmisores excitatorios, el principal es el glutamato. Las altas concentraciones de glutamato, originadas de la disminución del ATP disponible e inhibición de la recaptura por los astrocitos, activan los receptores N-metil-D-aspartato (NMDA), ácido a-amino-3-hidroxi-5-metil-4-isoxazolpropiónico (AMPA), de kainato y metabotrópicos. La activación de estos receptores causa la apertura de los canales de Ca++, Na+ y K+, lo que permite mayor influjo de iones hacia la neurona. El calcio que ingresa hacia la célula libera más calcio intracelular actuando a través del inositol- 3-fosfato (IP3) y los receptores de rianodina permitiendo su liberación desde el retículo endoplásmico. El calcio intracelular es responsable de la inhibición de la síntesis de proteínas y la activación de señales apoptósicas; asimismo, atraviesa la membrana mitocondrial para causar desregulación enzimática, como las fosfolipasas mitocondriales, que lisan las paredes fosfolipídicas mitocondriales, generando más radicales libres y apoptosis.7

► "Para fines prácticos, el edema cerebral también puede clasificarse con base en su topografía en focal o difuso." 

El edema focal genera un gradiente de presión adyacente a la región afectada que condiciona el desplazamiento del tejido circundante y herniación; en los tumores cerebrales, hematomas e infartos pueden encontrarse ejemplos de edema focal. Asimismo, el edema difuso afecta todo el parénquima cerebral y, cuando es crítico, puede originar hipertensión endocraneal y daño de la perfusión cerebral que conlleva a isquemia generalizada. Las causas del edema cerebral difuso son el paro cardiorrespiratorio, traumatismo craneoencefálico severo e insuficiencia hepática fulminante.3, 5

  •  Manifestaciones clínicas

► "El diagnóstico de edema cerebral se sustenta en los datos clínicos del paciente y se confirma mediante estudios paraclínicos." 

La mayor parte de los procesos neurológicos que condicionan una lesión cerebral que resulta en incremento de la presión intracraneal inician como un edema cerebral focal. De acuerdo con la teoría de Monroe-Kellie, en la que dos cuerpos no pueden ocupar el mismo espacio y que el aumento o existencia de otro cuerpo en cualquiera de los tres elementos nativos (líquido cefalorraquídeo, sangre y parénquima cerebral) de la cavidad craneal invariablemente va acompañado de la salida de una cantidad idéntica de otro elemento intracraneal, las consecuencias de un edema cerebral focal o difuso pueden ser mortales e incluir isquemia cerebral con daño regional o global del flujo sanguíneo cerebral y el desplazamiento de los diferentes compartimentos intracraneales como respuesta al incremento de la presión intracraneal, lo que resulta en compresión de estructuras cerebrales vitales.8 En la evaluación de los síntomas de un paciente con edema cerebral debe tomarse en cuenta la gravedad del mismo, porque su manifestación puede variar de síntomas leves hasta signos o síntomas de herniación cerebral secundarios al cráneo hipertensivo (Cuadro 1). 



Cuadro 1. Síndromes de herniación cerebral y sus características clínicas 

  • Subfalcina o del cíngulo 
    • Generalmente diagnosticada por neuroimagen, herniación bajo la hoz cerebral (predominantemente anterior), origina compresión ipsilateral de la arteria cerebral anterior (pericallosa), que resulta en paresia de la extremidad inferior contralateral
  • Central tentorial 
    • Desplazamiento caudal de uno o ambos hemisferios cerebrales que resulta en la compresión del diencéfalo o mesencéfalo sobre la hendidura tentorial; típicamente se origina por lesiones cerebrales centrales, deterioro del estado de conciencia y movimientos oculares, presión intracraneal elevada; postura extensora o flexora bilateral
  • Trastentorial lateral (uncal).  
    • Es más común clínicamente debido a lesiones cerebrales hemisféricas laterales (tumores o hematomas), herniación del lóbulo temporal mesial, uncus y giro hipocampal a través de la incisura tentorial; comprensión del nervio oculomotor, mesencéfalo y la arteria cerebral posterior; depresión del nivel de conciencia, dilatación pupilar ipsilateral y hemiparesia contralateral, postura de descerebración, hiperventilación neurogénica central e incremento de la presión intracraneal.
  • Tonsilar (amígdalas cerebelosas) 
    • Herniación de las amígdalas cerebelosas a través del foramen magno que origina compresión medular debido a lesiones en la fosa posterior, cambios importantes en la presión arterial y frecuencia cardiaca, miosis pupilar, ataxia ventilatoria, alteraciones en la mirada conjugada y cuadriparesia
  • Trascalvaria o externa 
    • Debido a heridas penetrantes o fracturas del cráneo; pérdida de líquido cefalorraquídeo o materia encefálica a través del defecto; la presión intracraneal no es elevada debido a la apertura dural.                                                                                                                                                        

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► "Los síntomas y signos son principalmente el resultado del aumento de la presión dentro del cráneo."

Es muy frecuente la manifestación de dolores de cabeza intensos. Además puede presentarse convulsiones y/o diferentes niveles de deterioro de la conciencia, desde letargia hasta coma.

También se encontrará, a través de un estudio llamado fondo de ojo, hinchazón o tumefacción en la papila óptica, la cual está situada en el fondo del ojo y es el lugar por el cual el nervio óptico sale del globo ocular y comienza su recorrido hasta el cerebro. Esta hinchazón se conoce en términos médicos como edema papilar.

Es posible que no se presenten síntomas al comienzo del mismo, pero termina produciendo disminución de la visión, por el daño que causa a las fibras nerviosas del nervio óptico, las cuales son responsables de transmitir la información visual.

► "Por el mismo motivo de la aparición del papiledema, habrá aumento de la presión que ejercen los líquidos oculares contra la pared del ojo (presión intraocular) y dilatación fija de papilas."

El paciente presentará poliuria, o sea, emisión de un volumen de orina superior al normal (volumen superior a 3 litros en un período de 24 horas), constituyendo un gasto urinario excesivo.

Además, el paciente puede presentar cifras de presión arterial superiores a 139mmHg en la sistólica y 89mmHg en la diastólica (hipertensión arterial), pulso arterial por debajo de 60 latidos por minuto (bradicardia), fiebre sin foco séptico (sin presencia de infección) y vómitos.

No siempre es fácil reconocer los síntomas que genera el edema cerebral, sobre todo cuando éstos son leves e intermitentes, por lo que el correcto diagnóstico depende del uso de estudios de imagen y la determinación de marcadores séricos, aun cuando estos últimos están en fase de ensayos clínicos y no son accesibles en nuestro medio.

  •  Diagnóstico

► "La tomografia de craneo es el metodo diagnostico recomendado para edema cerebral"

La tomografía de cráneo es capaz de detectar el edema como una señal hipodensa anormal cuando se trata de un edema focal. Cuando el edema cerebral es difuso provoca pérdida de la relación de la unión de la sustancia blanca-gris, así como de la diferenciación del núcleo lenticular, los surcos de la corteza cerebral, la ínsula y la compresión de las cisternas subaracnoideas (Figura 4).9 



Figura 4. A. Tomografía axial computada de cráneo simple con diagnóstico de edema cerebral global donde se observa el borramiento de las cisternas subaracnoideas, compresión de los surcos y giros cerebrales y el sistema ventricular derecho. B. Resonancia magnética de cráneo en secuencia flair donde se observan tres zonas de hiperintensidad en el lóbulo parietal y frontal izquierdo, y parietal derecho sugerente de edema cerebral focal. C. Resonancia magnética de cráneo en secuencia de difusión donde se observa hiperintensidad (flecha blanca) que sugiere un edema vasogénico; la hipointensidad (flecha negra) demuestra edema citotóxico.


                                         
                                                                                 

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La tomografía de cráneo no es muy útil para distinguir el edema vasogénico del citotóxico, pero permite identificar la causa subyacente del edema, además de ser un estudio accesible y de primera instancia en la evaluación de un paciente neurológico. Asimismo, la resonancia magnética muestra el edema con una señal hipointensa en secuencia T1 e hiperintensa en secuencia T2 y flair (Figura 4) evidenciando que la delimitación de propagación del edema es mucho más clara con un estudio realizado por resonancia magnética. Además, es importante insistir en el valor diagnóstico que aporta la técnica de resonancia magnética de difusión pesada para diferenciar entre los tipos de edema con base en su coeficiente de difusión aparente (movimiento “browniano” de los protones de agua), mismo que es bajo en el edema citotóxico y alto en el edema vasogénico (Figura 4).7 Otra técnica de resonancia magnética que basa su principio en el monitoreo de variables metabólicas es la espectroscopia de protones; ésta mide las concentraciones de N-acetilaspartato (NAA) y con ello la disfunción mitocondrial, que pueden resultar patológicas en estadios tempranos del edema cerebral, aunque otros medios de imagen no demuestren ninguna anormalidad.10 Entre los métodos de detección de marcadores plasmáticos están la medición de las concentra- ciones del péptido B natriurético y la proteína C reactiva, mismos que se han comprobado como marcadores de edema cerebral agudo durante isquemia cerebral.11  

  •  Monitoreo neurológico 

► "Con base en algunos estudios, el umbral para iniciar el manejo del cráneo hipertensivo de acuerdo con los valores de la presión intracraneal o de la presión de perfusión cerebral se determinaron en 20 a 25 mmHg y 50 a 70 mmHg, respectivamente.13"

La hipertensión intracraneal y subsecuente herniación son las consecuencias más temidas del edema cerebral debido a que disminuye el flujo sanguíneo cerebral y, por ende, repercute en su perfusión, por lo que el monitoreo neuroperfusión y oxigenación cerebral, así como a lógico ayuda al clínico a mantener la adecuada detectar patrones que pueden inferir riesgo alto de complicación. La incidencia de hipertensión intracraneal es mayor en los pacientes con escala de coma de Glasgow disminuida y alteraciones imagenológicas; se han desarrollado marcos clínicos en los que el monitoreo ofrece beneficios:12 
  • Pacientes con escala de Glasgow de 8 o menos y tomografía axial computada anormal (hematoma, contusión hemo- rrágica, edema cerebral).
  • Pacientes con escala de Glasgow de 8 o menos con tomografía axial computada normal con las siguientes características: edad mayor de 40 años, hipotensión arterial sistólica menor de 90 mmHg y daño focal.
Con base en algunos estudios, el umbral para iniciar el manejo del cráneo hipertensivo de acuerdo con los valores de la presión intracraneal o de la presión de perfusión cerebral se determinaron en 20 a 25 mmHg y 50 a 70 mmHg, respectivamente.13 Hay que tomar en cuenta que cada paciente es diferente y no necesariamente debe tener los valores antes descritos que pueden servir como guía de tratamiento, por lo que debemos considerar de vital importancia las manifestaciones clínicas con que se encuentra al momento de la valoración neurológica. Se ha utilizado una gran variedad de métodos de monitoreo neurológico, que van desde el monitoreo no invasivo (saturación de O2 y consumo metabólico cerebral), hasta el monitoreo invasivo que consiste en la colocación de un transductor en un compartimento intracraneal que puede ser intraventricular, epidural, subdural, subaracnoideo y parenquimatoso, a fin de valorar la presión intracraneal (Cuadro 2). 



Cuadro 2. Métodos de monitoreo neurológico en terapia intensiva.15-19

Invasivo (medición de la presión intracraneal)    
  • Catéter intraventricular: patrón de referencia
    • Ventajas: permite monitorizar y controlar la presión intracra- neal mediante el drenaje de líquido cefalorraquídeo 
    • Desventajas: requiere dilatación ventricular para su colocación
  • Catéter subdural, epidural, parenquimatoso y subaracnoideo
    • Desventajas: menor precisión en la monitorización de la presión intracraneal contra los catéteres ventriculares, complicaciones propias de la cirugía para su instalación (hemorragias, infecciones, secuelas neurológicas)
No invasivo (medición de constantes metabólicas)
  • Saturación de o2 en el bulbo de la yugular (SJo2)
    • Individuos sanos 55-71% (media de 61.8%)
    • Daño isquémico irreversible: concentraciones menores a 20% 
    • Hipoxia cerebral progresiva: 20-50%
    • Hiperemia cerebral: >75%
  • Doppler trascraneal
    • Ventajas: fácil acceso y menor costo
    • El valor normal es de 55±12 cm/seg
Invasivo (medición de constantes metabólicas) 
  • Oxigenación tisular cerebral (Ptico2)
    • Las concentraciones menores a 15 mmHg incrementan la mortalidad
    • Las concentraciones dependen de la localización del sensor en el parénquima cerebral (15-50 mmHg)
  • Catéter de microdiálisis cerebral
    • Medir los cambios bioquímicos del tejido cerebral (glucosa, lactato, piruvato, glutamato, acetilcolina, colina y glicerol) Índice lactato-piruvato 15-20; mayor a 25 se considera evento isquémico
    • Glicerol, valores normales: 50-100 uM; concentraciones mayores aumentan la isquemia                                                                                                                                                    

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Las publicaciones acerca de la exactitud y confiabilidad de los diferentes sistemas de monitoreo invansivo de la presión intracraneal reportan diferencias de 1 a 2 mmHg respecto a la presión real; los transductores intraventriculares tienen mayor exactitud, le siguen los parenquimatosos, subdurales, subaracnoideos y, al último, los epidurales (Figura 5).14



Figura 5. Métodos invasivos de monitoreo de la presión intracraneal.
Los riesgos más frecuentes del monitoreo invasivo de la presión intracraneal son las he- morragias parenquimatosas con incidencia de 1 a 15% y la neuroinfección con incidencia de 5 a 16%, el microorganismo causal principal es Staphylococcus epidermidis.13                                                                                                                                                     



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  •  Atención Prehospitalaria 


► "Todos los pacientes con edema cerebral agudo deben ser evaluados de forma temprana y tratados con terapias que van a solucionar la patología de base.4"

Reconocer el edema cerebral y no confundirlo con otro tipo de emergencia neurológica a nivel prehospitalario es de suma importancia. Su reconocimiento e información al centro de salud receptor servirá para que el paramédico se involucre en el manejo protocolar de esta emergencia médica, la cual, su morbilidad y mortalidad están muy relacionadas con el manejo inicial de la misma por lo que Emergenciólogo, Intensivista, Neurólogo y Neurocirujano necesitarán de manejo inicial correcto para mejorar el pronóstico de esta emergencia médica.

Es importante que en su interés por salvaguardar vidas y estabilizar pacientes el paramédico recuerde los siguientes conceptos en manejo prehospitalario del edema cerebral.
  1. La hiperventilaciones deben ser controladas "debe notificar al Emergenciólogo o neurólogo por vía telefónica las concentraciones de O2 que ventila al paciente" .
  2. Posición adecuada de la cabeza
  3. Canalizar con soluciones hipertónicas, lo importante es preservar una vía, para una intervención más rápida y agresiva al llegar al departamento de emergencia.
  4. Colocar paños húmedos si la temperatura es >37,5 °C
Por más simples y sencillas que parezcan, estas medidas influyen muy significativamente, en el buen o mal pronostico de esta enfermedad desde el punto de vista prehospitalario. 

  •  Tratamiento en Emergencia 

► "El buen manejo médico de estos pacientes es de vital importancia para asegurar un resultado clínico adecuado.4"

El edema cerebral debe ser reconocido y tratado de forma precoz y agresiva para evitar resultados desastrosos tales como la herniación cerebral.4  Se han revisado cómo diversas sustancias proinflamatorias interactúan para promover los mecanismos generadores de edema, y también la importancia de la autorregulación cerebrovascular en el mantenimiento de un volumen intracraneal normal.4 

Por lo tanto el médico Emergenciólogo juega un papel importante como coordinador de la atención protocolar de esta emergencia médica desde el lugar de la escena hasta el recibimiento en la Unidad de Cuidados Intensivos(UCI) donde se aplicarán los métodos de monitoreo y tratamiento correspondientes como destino final. Mientras tanto una vez recibido el paciente en sala de Emergencias, y previamente avisado su ingreso a UCI, el Emergenciólogo procederá a aplicar las medidas de reanimación. Las medidas necesarias para una buena reanimación cerebral son las siguientes:4 

  1. Evaluación de la vía aérea, 
  2. Hiperventilación controlada, 
  3. Mantenimiento de la presión de perfusión cerebral >70 mmHg, 
  4. Posición adecuada de la cabeza, 
  5. Administración de soluciones hipertónicas, dexametasona y, posiblemente, barbitúricos. 
Se ha comprobado que la temperatura corporal >37,5 °C y la glucosa sérica >150 mg/dl están relacionadas con un empeoramiento del edema cerebral4, por lo que su monitoreo y control desde Sala de Emergencias es primordial. 

Por último, se han revisado otras terapias experimentales pero que parecen promisorias, como la hemicraneoctomía, las soluciones salinas hipertónicas, la hipotermia, y otros agentes neuroprotectores.Estas terapias se realizaran en quirófano o UCI, reconociendo que la rapidez en la estabilización y traslado desde el ámbito prehospitalario y Sala de Emergencias a la referida área cuentan en la evolución del buen o mal pronostico de la enfermedad. 

  •  Conclusión 

Los pacientes con lesión encefálica aguda requieren el conocimiento estricto de las bases fisiopatológicas, manifestaciones clínicas, diagnóstico y monitoreo neurológico del edema cerebral con la finalidad de incrementar la supervivencia y el pronóstico de los pacientes neurocríticos en las unidades de atención neurológica. El tratamiento dirigido a evitar la formación o disminución del edema cerebral es la clave fundamental en los esquemas actuales de manejo; sin olvidar que la educación en prevención y el trabajo arduo en la investigación constituyen la principal línea de ataque para disminuir los efectos destructivos de esta entidad nosológica.

Todos los pacientes con edema cerebral agudo deben ser evaluados de forma temprana y tratados con terapias que van a solucionar la patología de base. El buen manejo médico de estos pacientes es de vital importancia para asegurar un resultado clínico adecuado. Recientemente se han evaluado nuevas y eficaces modalidades terapéuticas que podrían cambiar sustancialmente los conceptos actuales del tratamiento de pacientes con edema cerebral agudo.

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Traducción y resumen:  Dr. Rafael Pérez García vía EmergenMedHB

  •  Referencias bibliográficas

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