Suicidio en el personal del Departamento de Emergencias
Cuidar de pacientes graves genera estrés en los Emergenciólogos: Al igual que en otras especialidades el estrés por la incertidumbre clínica ante la emergencia médica, su requisito de estabilización y el temor al fracaso son rasgos culturales importantes a valorar.
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El intento de suicidio es conocido como una emergencia psiquiátrica que amerita ingreso obligatorio a un centro de salud para fines tratamiento y seguimiento por el departamento de psiquiatría. En los centros de salud existen los registros de los pacientes pero no así del personal de la salud.
➥ "Las situaciones de estrés provocadas por traumas, enfermedades o violencia en sala de emergencia por presión de pacientes y/o familiares pueden provocar un estado depresivo en el personal de la salud, que al igual que ellos podría llevarlo a cometer un intento de suicidio."
Todavía no se tiene conocimiento sobre la existencia de algún registro de Suicidio en médicos Emergenciólogos, paramédicos o Intensivista así como médicos generales, familiares, quirurgicos entre otras especialidades, enfermeras, técnicos o bioanalistas vinculados al estresante ambientes de las salas de Emergencias, Cuidados Intensivos ni quirófanos de emergencias en ningún lugar del mundo. Al menos en la República Dominicana no existe un registro fiable de la distribución de las muertes por suicidio según la profesión, debido a que no se cumplimenta el certificado de defunción con el mismo rigor que se hace en el caso de accidentes de tráfico y homicidios.
Es preciso documentar correctamente en la historia clínica la evaluación del estado mental y del riesgo de suicidio, en especial después de un intento. Todas las campañas de prevención del suicidio destacan la relevancia de diagnosticar y tratar adecuadamente la depresión como medida preventiva fundamental y también de la importancia de luchar contra el estigma social asociado a la enfermedad mental.
➦ "Los Emergenciólogos pasan circunstancialmente por situaciones de estrés y depresión debido al llenado de camas en las unidades de Cuidados Intensivos, coronarias ó neurocríticas debiendo estabilizar, evolucionar y medicar los pacientes en el área de reanimación de emergencia, al fallecer en su área, califican esto como una muerte injustificada en sus propias manos"
La mayor tasa de suicidio de los médicos y especialmente en mujeres en sentido general, hace necesario mejorar su formación en los aspectos psicosociales inherentes a la práctica clínica desde la formación de grado hasta la jubilación, promover el cuidado de la salud del médico para que pueda cuidar adecuadamente de la de los demás, así como mejorar sus condiciones de trabajo del para garantizar la seguridad del usuario tanto como la del profesional sanitario. Por ello el personal de sala de Emergencias representa un punto de atención para nosotros.
Los Emergenciólogos podrían tener grandes dificultades para discutir sus problemas con los colegas y tratarse a ellos mismos, de forma notablemente peligrosa. El fácil acceso de los médicos a las drogas implica que el abuso de drogas sea un riesgo ocupacional potencial de hombres y mujeres. Sin embargo todavía no existen estudios que demuestren estas posibilidades ya demostradas en otras subepecialidades medicas.
Desde el editorial en el British Medical Journal de 1964, el tópico del suicidio del médico ha sido objeto de numerosos estudios, aunque una cuidadosa revisión de los mismos muestra en ellos varios problemas metodológicos, como incluir muestras pequeñas, breve periodo de tiempo para la recogida de datos, inadecuados controles para edad y sexo, e insuficiente estandarización de los criterios para la muestra y los grupos de referencia.
Craig y Pitts (1968) revisan las tasas de suicidio por especialidades y sugieren que los psiquiatras tienen una tasa más alta que los médicos de otras especialidades, aunque las muestras son tan pequeñas que no permiten sacar conclusiones definitivas. También, Blachly, Disher y Roduner (1968) estiman las tasas de suicidio para las diferentes especialidades, que varían desde 61 por 100.000 para los psiquiatras hasta 10 por 100.000 para los pediatras, igual que en la población general. El momento temporal del suicidio es diferente entre los médicos, que se eleva hacia la edad media de la vida (entre 45 y 64 años) según revisan Steppacher y Mausner (1974). En esta revisión se constata que las médicas, especialmente las más jóvenes tienen un riesgo tres veces mayor que las mujeres en general, hasta igualar las tasas de suicidio de sus colegas varones.
Preven (1983) realiza una revisión sistemática de los estudios realizados sobre el suicidio de los médicos y concluye que el suicidio en médicos varones tiene lugar en la misma tasa que sus controles ajustados por edad en Estados Unidos. Igualmente, este mismo autor revisa la cuestión del suicidio de las mujeres médicos y concluye que 3 estudios confirman que la tasa de suicidio de las médicas es 3-4 veces superior a la de los controles no médicos, y con una tasa similar a la de sus compañeros varones. Los psiquiatras parecen estar sobre representados en el porcentaje de médicos que se suicidan. (Preven 1983).
▶ Estudios posteriores
Posteriormente se han realizado estudios epidemiológicos metodológicamente más válidos, con muestras más amplias, como el de Arnetz et al (1987) siguieron una cohorte nacional de médicos, profesores universitarios y un grupo control por un periodo de 10 años, habiendo identificado todos los casos de suicidio durante el periodo 1961-1970. Los resultados muestran una elevada tasa estandarizada de mortalidad (TEM) por suicidio entre médicas, comparadas con profesoras universitarias y población general. Los médicos muestran una elevada tasa de suicidio en comparación sólo con los profesores de universidad, y sobre todo por cirujanos generales respecto de otros especialistas.
La revisión bibliográfica de de la Cruz, Corominas y Sarró (1988) concluye que: Los profesionales de la medicina presentan una prevalencia de suicidio superior a la de la población general. El método más usado por los médicos es el empleo de medicamentos que ellos mismos pueden proporcionarse. Los especialistas con elevado riesgo suicida son los psiquiatras, los otorrinolaringólogos, cirujanos, anestesistas y dentistas. Aasland et al (2001) estudió las tasas de suicidio de los médicos noruegos entre 1960 y 1989 en comparación con otros trabajadores con y sin educación universitaria como controles.
Según la Fundación Americana para la Prevención del Suicidio (2002), los estudios realizados han confirmado que los médicos mueren por suicidio más frecuentemente que otras personas de su misma edad y género de la población general y de otras profesiones. Este grupo recomendó cambiar las actitudes profesionales y cambiar las políticas institucionales para animar a los médicos a pedir ayuda cuando lo necesiten y a ayudar a sus compañeros a reconocer y tratarse cuando lo precisen. Los médicos son tan vulnerables a la depresión como la población general, pero buscan ayuda en menor medida y las tasas de suicidio consumado son más altas (Center et al., 2003).
Desafortunadamente hay pocos estudios sobre trastornos mentales comórbidos y los estresores psicosociales a los que se asocia, y que pueden mediar en la génesis del comportamiento autodestructivo, en comparación con víctimas de suicidio que no son médicos. Gold, Sen y Schwenk (2013) han estudiado los datos del Registro de Muerte Violenta en 17 estados de los Estados Unidos entre 2003 y 2008, con una muestra de 31.636 adultos víctimas de suicidio de los que 203 son identificados como médicos.
Podemos concluir que el suicidio de los médicos difiere del de la población general en varios aspectos. En los médicos están presentes de forma significativa los problemas laborales, frente a otros estresores como muerte de familiares o allegados y crisis personales recientes; lo que puede reflejar la naturaleza intrínsecamente estresante de la actividad clínica, así como la falta de recursos para hacerles frente de forma eficaz. Por otra parte, parece que la identidad del médico está demasiado centrada en su rol profesional, lo que puede hacerle más vulnerable a sufrir un mayor impacto por los problemas laborales. Entre ellos se conoce el papel mediador de variables ocupacionales tales como la falta de control sobre las condiciones de trabajo, los conflictos de rol, las demandas de los pacientes, experiencias degradantes o acoso, el burnout y los conflictos con los colaboradores, como factores significativos de riesgo para la ideación suicida en médicos (Lindfors et al. 2009, Fridner et al. 2011, Wada et al. 2011, Bovier et al. 2009).
Varios estudios han mostrado la importancia del efecto de la depresión no bien tratada en el riesgo de suicidio, especialmente en médicos mujeres, aunque diferentes estudios constatan la existencia de similares riesgos psiquiátricos para médicos y no-médicos. (Center et al. 2003, Gagne et al. 2011, Frank, Dingle 1999).
Los médicos tienen mayores resistencias para pedir ayuda profesional por estigma que han internalizado a lo largo de su formación y al temor de que les perjudique en su carrera, de forma que sólo la mitad de los médicos se muestran dispuestos a buscar ayuda profesional si llegaran a desarrollar una enfermedad mental (Hassan et al 2009).
Factores etiopatogénicos que pueden explicar el incremento de riesgo de suicidio en los médicos
- Riesgos psicosociales inherentes al trabajo del médico, como el estrés propio de la actividad clínica, el acoso y el desgaste profesional en el trabajo.
- Mal afrontamiento de los riesgos psicosociales inherentes a la actividad clínica, por insuficiencia de recursos para el afrontamiento de los mismos.
- Especiales dificultades de los médicos para asumir el rol de enfermo.
- Disociación patológica entre elself público y el self privado. El mantenimiento del "self público" correspondiente a la "bata blanca", puede asociarse a un daño grave en el "self privado".
- Especiales dificultades del tratamiento de los médicos por otros médicos.
- Litigios por mala praxis.
▶ ¿Por qué las médicas tienen más riesgo de suicidio que sus compañeros y que las mujeres de la población general?
1. En el primer aspecto, las médicas tienen 1,6 veces más riesgo de presentar burnout en comparación con sus colegas varones, lo que se asocia a falta de autonomía y control percibido sobre el trabajo, menos recursos de apoyo y menor salario que los médicos. Las médicas están más satisfechas con su especialidad, la relación con el paciente y con sus compañeros en comparación con estos, dedican más tiempo a la asistencia, ven más enfermas y más pacientes con problemas psicosociales complejos (Mc Murray et al. 2000).
2. En el estudio presentado en el Congreso de la Asociación Americana de Medicina (2005), Horner-Ibler comunicó los resultados de una encuesta anónima realizada a 420 médicos de atención primaria y a 2.500 de sus pacientes, según la cual las médicas presentan una tasa doble de niveles elevados de estrés y de burnout, en comparación con sus compañeros varones.
3. Tanto en Suecia como en Italia, varios estresores del trabajo aumentan el riesgo de suicidio en médicos mujeres. Según el estudio HOUPE de Fridner et al. (2009) el 13,7% y el 14,3% de las médicas de Suecia e Italia reconocieron ideas de suicidio en los últimos 12 meses. Entre las médicas de Suecia las idas de suicidio estaban determinadas por dos variables independientes relacionadas con el trabajo: experiencias degradantes y acoso en el trabajo (OR 3,03, 95% CI, 1,48-6,23), así como la autoprescripción. En las médicas de Italia destacaban las variables asignar un trabajo sin los recursos adecuados, así como ser joven y padecer burnout o depresión. Se concluye destacando la importancia del control de los riesgos psicosociales en el ámbito sanitario.
4. En parte también, las mujeres presentan mayor prevalencia de depresión que los hombres. Los trastornos afectivos constituyen el grupo diagnóstico con mayor riesgo de conductas suicidas. El riesgo de consumación del suicidio entre los pacientes depresivos a lo largo de la vida es de un 15%, 25 veces mayor que en población general. Existe una elevada tasa de suicidio entre los pacientes con trastornos afectivos graves, como con sintomatología delirante, mayor desesperanza y hostilidad, de forma que hasta uno de cada 6 de ellos se provocan la muerte. Los médicos de ambos sexos que se suicidan padecen un trastorno del estado de ánimo y/o dependencia de alcohol o de otras sustancias de consumo, así como conflictos y dificultades profesionales o familiares. El mal afrontamiento de estos problemas de salud y el acceso a drogas constituyen importantes factores mediadores de las conductas autodestructivas (Mingote, Jiménez Arriero, Osorio Suárez, Palomo 2004).
▶ ¿Por qué los médicos se suicidan, en mayor medida que otros profesionales?
➦ "Teniendo tanto, ¿por qué podría un médico quitarse la vida? Central a la incredulidad es que uno de los principales dogmas de la vocación médica es preservar y proteger la vida. ¿No es por esto por lo que hombres y mujeres se hacen médicos?" (Myers y Gabbard 2008).
El suicidio se entiende actualmente como un fenómeno complejo que resulta de la interacción de una serie de factores biológicos, genéticos, psicológicos sociológicos y ambientales.
Los factores que pueden contribuir al suicidio pueden clasificarse como estado- dependientes o carácter-dependientes, o como distales (carga genética, características de personalidad, escaso crecimiento fetal, problemas perinatales, experiencias tempranas traumáticas, trastornos neurobiológicos como disfunción del sistema serotoninérgico y noradrenérgico, hiperactividad del eje hipotálamo-pituitaria-adrenal), o proximales (trastornos mentales, problemas físicos, crisis psicosociales, acceso a medios, exposición, problemas jurídicos o relacionados co el trabajo).
Según los estudios epidemiológicos disponibles, cerca del 90% de las personas que se suicidan padecen algún tipo de trastorno mental, aunque no estuviese diagnosticado previamente. Se trata de médicos que nunca han sido valorados por un psiquiatra, ni han recibido tratamiento profesional, aunque a menudo han intentado tratarse a si mismos.
Entre los principales factores de riesgo se incluyen la disponibilidad de medios de suicidio (como el acceso a drogas) y los conocimientos y habilidades técnicas que aseguran la eficacia del método de suicidio empleado pueden ser relevantes. También pueden influir algunas características de personalidad de los médicos, como las de tipo obsesivo-compulsivo, propensas a la depresión, junto con altas tasas de abuso de alcohol y drogas, y el estrés ocupacional propio de los médicos.
Silverman (2000) revisó la investigación disponible y concluyó que existen varios factores adicionales específicos que incrementan el riesgo de suicidio en los médicos, como son:
- Factores socio-demográficos: edad superior a 45 años en las médicas y a 50 años en los médicos; y permanecer soltero, separado, divorciado, o con ruptura marital actual.
- Mal estado de salud, sea por hábitos tóxicos (abuso de alcohol y otras drogas), trastornos mentales (especialmente ansiedad, depresión y trastornos de personalidad) y/o enfermedades médicas graves, debilitantes o que producen dolor crónico. La patología dual es muy común en médicos, en especial la peligrosa combinación de trastornos del estado de ánimo y adictivos.
- Factores profesionales: Amenaza al status, autonomía, seguridad, estabilidad económica, pérdidas recientes o mayores demandas laborales.
- Acceso a medios autolíticos, como medicaciones letales.
Myers y Gabbard (2008) destacan los siguientes aspectos a tener en cuenta para valorar el riesgo de suicidio en médicos:
- Antecedentes personales de episodio depresivo y deintento de suicidio. Los intentos previos constituyen el factor de riesgo más significativo.
- Antecedentes familiares de trastornos depresivos y de suicidio.
- Aislamiento profesional, falta de apoyo socio-familiar y de otros factores de protección, como el trabajo en equipo y la supervisión.
- Ser investigado por mala praxis o incompetencia profesional, puede constituir una importante injuria narcisista, sobre todo en personas perfeccionistas y con una mala regulación de la autoestima.
- Mala adherencia terapéutica.
- Trastornos mentales graves, crónicos y refractarios al tratamiento, que inducen desesperanza y un importante estigma internalizado, además del estigma cultural, que refuerzan la negación de la enfermedad, la autoprescripción de sustancias, e incrementan el riesgo de suicidio en médicos.
- Afecciones orgánicas dolorosas, debilitantes o de mal pronóstico.
- Elevados niveles de ansiedad,
- Insomnio,
- Falta de energía y fatiga,
- Anorexia y pérdida de peso,
- Enlentecimiento cognitivo,
- Rumiaciones obsesivas,
- Síntomas somáticos,
- Desesperanza e ideas de suicidio (pasivos y activos).
▶ Cinco cosas que hay que saber sobre el suicido del personal médico
El suicidio de un médico es un problema urgente con tasas más altas que las tasas de suicidio en el público en general, y puede tener un gran impacto en los sistemas de atención médica.
1. El suicidio es un riesgo laboral para los médicos
- El suicidio es la única causa de mortalidad que es mayor en los médicos que en los no médicos. En comparación con los no médicos, los médicos varones tienen un 40% más de probabilidades de morir por suicidio (índice de tasa 1.41, intervalo de confianza [IC] del 95% 1.21–1.65), y el riesgo para las médicas es más del doble (índice de tasa 2.27, IC del 95% 1.90–2.73). Schernhammer y Colditz (2004)
- Mientras que las armas de fuego son el método de suicidio más común tanto en los médicos como en los no médicos, los médicos son más propensos que los no médicos a usar el envenenamiento y el traumatismo por fuerza brusca. El aumento en el uso del envenenamiento puede deberse a un mayor acceso, ya que los médicos que cometieron un suicidio tuvieron más probabilidades de tener benzodiacepinas (odds ratio [OR] 21.0, IC 95% 11.4–38.6), barbitúricos (OR 39.5, IC 95% 15.8– 99.0) o antipsicóticos (OR 28.7, IC 95% 7.94–103.9) detectables en su sangre. Gold, Sen y Schwenk. (2013)
3. Aumenta la ideación suicida en la escuela de medicina
- En un metaanálisis reciente, la prevalencia de ideación suicida entre los estudiantes de medicina fue del 11,1%. En los análisis subdivididos por tiempo, el 7.4% de los estudiantes reportaron ideación suicida en las últimas 2 semanas y el 24.2% en el último año. Rotenstein, Ramos, Torre et al. (2016)
4. Las quejas de los organismos regulatorios se asocian con mayores tasas de ideación suicida
- En una encuesta transversal de cerca de 8000 médicos en el Reino Unido, aquellos con una queja reglamentaria pasada o actual tenían una probabilidad significativamente mayor de informar una ideación suicida. Los médicos sin quejas informaron de ideación suicida a una tasa del 2,5%, pero esto se incrementó al 9,3% en aquellos con una queja actual o reciente (riesgo relativo 3,78; IC del 95%: 2,68 a 5,32) y al 13,4% en aquellos con una queja anterior (riesgo relativo 5.39, IC 95% 3.99–7.30). Bourne, Wynants y Peters, et al.(2015)
5. Los médicos suicidas se enfrentan a barreras únicas para la atención
- Los médicos suicidas encuentran barreras adicionales para la atención, en comparación con la población general. Mientras que ambos grupos enfrentan preocupaciones sobre el estigma, la falta de tiempo y la falta de acceso a la atención, los médicos tienen la carga adicional de inquietudes relacionadas con la confidencialidad y el temor a la discriminación en las licencias y solicitudes de privilegios de hospital. Center, Davis, Detre et al.(2003)
▶ Desconsuelo social hacia los familiares
Cuando la sociedad escucha sobre el suicidio de un médico por motivos laborales relacionados a su profesión, al primero que juzgan es a la víctima, al insistir que el mismo podía prevenirlo diciendo:
➥ "A él/ella nadie le obligó a estudiar medicina, sabía que era con sangre, con muertos y enfermos que iba a laborar y si lo escogió fue por su cuenta, esa profesión se elige por vocación"
Con esas palabras a los parientes y amigos cercanos a la victima las personas le consuelan y se sienten limpios de culpabilidad en su mente por considerar la medicina como una profesión de riesgo, sin embargo, nunca comprenderán que el médico, al igual que ellos es un ser humano que siente culpabilidad por sus pacientes como ellos por un ser cercano. Los pacientes, sus evoluciones y resultados son la imagen de satisfacción, frustración o arrepentimiento del médico. Por lo tanto estos médicos necesitarán también su terapia conductual y de seguimiento en casos de tragedias intrahospitalarias que directa o indirectamente los involucre a ellos cuando intentaban hacer su trabajo bajo las normas establecidas por la institución de salud.
▶ Valoración y tratamiento del médico enfermo con riesgo de suicidio
A pesar de que nuestra capacidad de predicción no es infalible, hay un número de datos clínicos que se asocian con riesgo de suicidio en nuestros pacientes" (OMS, World Health Report 2001).
Una de las principales normas de buena práctica clínica es no comprometer el juicio clínico porque el paciente sea médico. Existe una larga historia de médicos suicidados que no fueron diagnosticados ni tratados adecuadamente a causa de sus propias resistencias y la connivencia de colegas complacientes.
Myers y Gabbard (2008) nos proponen los siguientes principios básicos a tener en cuenta cuando se tratan médicos:
- Trata de valorar a los médicos lo más rápidamente posible, en especial cuando son ellos mismos los que piden ayuda, ya que necesitan esta forma de cortesía profesional.
- Pregunta si dispone de medios y métodos de suicidio como clorato potásico, insulina, digoxina y fentanilo.
- A menudo los médicos consultan "demasiado tarde y mal", cuando están muy enfermos, aunque lo nieguen, hasta poder llegar a sentirse irreparablemente dañado y una pesada carga para su familia. El o ella pueden llegar a ver su muerte como un alivio para su propia familia.
- Asume que todos los médicos han contemplado el suicidio a lo largo de un continuum de intensidad y frecuencia, como forma de control último sobre la propia vida.
- Cuenta con el hecho de que el médico-enfermo no sea sincero con su psiquiatra, para evitar la baja laboral y un ingreso psiquiátrico involuntario.
- En este caso es esencial garantizar la privacidad y la confidencialidad del médico-enfermo.
- Cuando sea posible, recuperar la profesión es a menudo un importante factor motivacional para hacer el tratamiento.
- Trata las alteraciones del sueño con la medicación apropiada, por la estrecha asociación que existe entre estas y la conducta suicida.
- Es esencial contar con la colaboración de familiares y/o otros profesionales, como los que le han tratado previamente, para poder realizar una evaluación completa, de forma comprensiva, persistente y exigente.
- Un contrato terapéutico oral escrito, debe continuar a una cuidadosa valoración clínica.
Gabbard y Allison (2006) proponen los siguientes pasos en el tratamiento psicodinámico del paciente suicida y que igualmente se deben tener en cuenta en el caso de los médicos:
- Establecer una buena alianza terapéutica con el paciente en riesgo. El terapeuta debe explicitar que ni él ni nadie pueden impedir a un médico que se suicide, estableciendo una clara diferenciación entre las responsabilidades del paciente y del terapeuta dentro de los límites de la relación terapéutica.
- Establece el nivel de riesgo presente basalmente.
- Diferenciar entre fantasía de suicidio y la verdadera intención de llevar a efecto una verdadera conducta suicida.
- Investigar los acontecimientos precipitantes.
- Explora las fantasías del impacto interpersonal del suicidio.
- Monitoriza la transferencia y la contratransferencia. Los terapeutas que tratan pacientes suicidas, y especialmente si son médicos, suelen experimentar ansiedad, enfado, vergüenza y culpa cuando el paciente no mejora o quiere morirse, intenta suicidarse o muere por suicidio. En estos casos es muy útil y recomendable supervisar el caso y/o ponerse en tratamiento.
Maltsberger (2006) destaca algunos pasos fundamentales en el tratamiento ambulatorio de pacientes suicidas, especialmente relevantes para el tratamiento de médicos:
- Completa una minuciosa evaluación del riesgo de suicidio desde el inicio y actualízalo cada día, con actitud comprometida, no neutral. Para ello es preciso ser capaz de contener la angustia de muerte que invade al paciente y trasmite al terapeuta.
- Se debe conseguir un consentimiento informado y realizar un análisis riesgo-beneficio en colaboración con el paciente.
- Acepta sólo pacientes que quieren comprometerse en seguir vivos y dan una oportunidad al tratamiento. Maltsberger destaca la importancia de la relación real del terapeuta con el paciente, no la transferencia, como un "fuerte", un objeto seguro y confiable con el que identificarse.
- Asegura el tratamiento ingresado con poco tiempo de aviso.
- Anota los recursos de apoyo con los que cuenta el paciente.
- Asegura que existe un control externo del tratamiento del paciente.
- Registra adecuadamente los datos precisos en la historia clínica.
▶ La prevencion del suicidio en los médicos
➥ "La prevención del suicidio en médicos presenta algunas peculiaridades pero también muchos aspectos comunes con los que se encuentran en la población general."
Cada cuarenta segundos fallece alguien por suicidio. Es la primera causa de muerte violenta en el mundo, se producen más muertes por suicidio que por la suma de homicidios y guerras, y es la décima causa de muerte globalmente. Las estimaciones realizadas indican que las víctimas podrían ascender de un millón a 1.5 millones al año en 2020 y que para entonces la depresión ocupará el segundo lugar en cuanto a carga por enfermedad en el mundo por lo que es necesario adoptar medidas coordinadas y más enérgicas para evitar ese número innecesario de víctimas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Siguiendo sus recomendaciones, la prevención del suicidio está recibiendo cada vez mayor atención social ya que supone un serio problema de salud pública y muchos países están desarrollando estrategias nacionales de prevención. Se ha demostrado un aumento en el número de suicidios en los países desarrollados, en especial entre adolescentes y adultos jóvenes. Las recomendaciones de la OMS sobre Prevención del Suicidio están recogidas en una lista de publicaciones denominada genéricamente SUPRE (Suicide Prevention) entre las que se encuentran el Protocolo SUPRE-MISS (Multisite Intervention Study of Suicidal Behaviours) y una Guía para Médicos de Atención Primaria. Más recientemente también se ha publicado la Guía mhGAP concebida para proveer asistencia incluso en países que carecen de servicios de salud mental especializados.
Se acepta que los profesionales sanitarios juegan un importante papel en la prevención del suicidio, por lo que es importante identificar los grupos de riesgo, determinar las causas antecedentes y considerar las medidas prácticas de prevención.
➦ "No obstante, algunos médicos no se sienten competentes para evaluar, diagnosticar y tratar a pacientes con depresión y riesgo suicida, por lo que es necesario que adquieran los conocimientos y las habilidades necesarias para la prevención del suicidio en las facultades de Medicina, en los periodos de especialización y a lo largo de su carrera profesional."
El tratamiento de pacientes suicidas provoca en los profesionales sanitarios involucrados intensas reacciones emocionales, así como preocupaciones éticas y legales, que con frecuencia acontecen de forma inconsciente, aunque por ello no dejen de afectar su salud. A menos que estas reacciones puedan ser comprendidas, evaluadas y elaboradas adecuadamente, pueden sabotear el curso del tratamiento.
En 2003 la Fundación Americana para la Prevención del Suicidio, publicó una serie de recomendaciones para hacer frente a los problemas que produce la depresión en los estudiantes médicos, residentes y médicos, con una declaración de consenso y la facilitación de una documentación educativa (Struggling in Silence: Physician Depression and Suicide), sobre la necesidad de afrontar de forma eficaz la depresión en este colectivo profesional (Center, Davis, Detre et al. 2003).6 Este material está disponible en la Web de la fundación (www.afsp.org) y en www.doctorswithdepression.org, para facilitar la difusión de este material como herramienta educativa muy útil (Reynolds, Clayton 2009).
➥ "Es necesaria la creación coordinada a nivel internacional de registros de suicidios en profesionales de la salud para elaborar Guías y trazar metas dirigidas a erradicar ese malestar que el profesional, en especial el de sala de emergencias, deberá aceptar y tolerar"
En EmergenMedHB proponemos la creación de un congreso internacional para converger las diferentes especialidades sometidas a altas tensiones de estrés ocupacional, especialmente la Emergenciología, con la finalidad de abogar por la creación de un registro local en cada país sobre las muertes suicidas del personal de la salud. Lamentablemente pensamos en problemas personales de la víctima fuera de su entorno laboral, incluso si presentaba un cambio de actitud previa, nunca se pensaba que era por el estrés laboral. Conocemos casos Cardiovasculares, metabólicos y de desgaste físico cargados a la profesión pero ¿Y el estado de salud mental consigo mismo de ese profesional en relación al desempeño de su profesión?
➦ "Siguiendo las recomendaciones de estrategias en salud mental, para prevenir la enfermedad mental, las adicciones y el suicidio en personal de emergencia, se deben realizar y evaluar acciones específicas para disminuir las tasas de depresión, adicciones y suicidio en grupos de riesgo. Para ello, se deben desarrollar intervenciones preventivas, como talleres específicos y entrenamiento en habilidades para la prevención y tratamiento de estos graves problemas de salud pública."
Es necesario garantizar la autonomía profesional de los médicos en la toma de decisiones clínicas según la evidencia científica, igual que la del resto de profesionales sanitarios, para lo que se deberán implementar medidas para la participación eficaz de los mismos en la planificación, regulación y control de la organización y gestión de los centros sanitarios. De ello depende no sólo la calidad asistencial y la seguridad de los enfermos, sino también la salud de los profesionales. Las condiciones y la organización del trabajo condicionan tanto la calidad asistencial como la calidad laboral de los trabajadores que les atienden. Igualmente es fundamental promover la formación continuada tanto del médico Emergenciólogo como los demás profesionales que trabajen en la sala de emergencias, la supervisión eficaz, el trabajo en equipo y el desarrollo efectivo de la carrera profesional.
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