Contención mecánica en el departamento de Emergencias
Protocolo de actuación: El objetivo de la guía es ofrecer a los profesionales unas pautas sobre sujeción/contención de movimientos que incluyan indicaciones, secuencia de actuación, procedimientos técnicos y seguimiento especial de los pacientes susceptibles. Todo ello para favorecer su seguridad así como para garantizar el ejercicio de sus derechos.
Autor(es): Nerea Carcoba Rubio, Carlos García Barriuso, Concepción Guevara Jiménez
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El paciente agitado en el departamento de emergencia hospitalaria es una situación estresante, complicada y muchas veces impredecible. Alrededor de un 30% de estos pacientes precisan tratamiento o intervenciones coercitivas y/o restrictivas. Por esta razón, puede ser de gran ayuda una serie de pautas de comportamiento como las reflejadas en el presente artículo que hagan el abordaje de la situación más sencillo y evite lesiones tanto al paciente, como al equipo. Es frecuente en la mayoría de los servicios de un Hospital General que se sucedan episodios de agitación/violencia protagonizados por pacientes tanto con patología orgánica como psiquiátrica. La agitación psicomotriz puede formar parte como síntoma de un numeroso volumen de enfermedades médicas. Para el abordaje de este tipo de situaciones contamos, entre otras medidas terapéuticas con la contención física. Se trata de un acto sanitario, con indicaciones, contraindicaciones y procedimiento específico. Es importante conocer dichos aspectos para su adecuada aplicación.
Sin olvidar que dicha medida terapéutica sitúa al paciente en un estado de privación de libertad con implicaciones legales. Esta circunstancia está regulada desde el Código Civil, la Ley General de Sanidad y la Constitución, por lo tanto actuaremos bajo su autoridad. La presente guía/protocolo pretende ser una herramienta que nos ayude a la hora de tomar decisiones, sin embargo estamos seguros que no existen respuestas para todas las cuestiones que se plantean en la práctica clínica diaria. Esperamos sirva como referencia.
La contención mecánica es un procedimiento utilizado en el ámbito hospitalario por los profesionales de enfermería. En muchas unidades de Salud Mental o unidades de Psicogeriatría, se realiza de manera rutinaria, siendo aceptada ésta por todo el equipo sanitario y por parte de pacientes y familiares. En el departamento de emergencia se aplica a ciertos eventos o circunstancias que estresan y complican no solo la función laboral del personal del mismo sino la situación clínica de otros pacientes.
Se entiende por contención física y/o mecánica la intervención “terapéutica” extrema, mediante la aplicación de dispositivos físicos y/o mecánicos restrictivos inmovilizadores para restringir los movimientos de una parte del cuerpo, o de su totalidad, con el fin de prevenir aquellas actividades físicas que pueden poner en riesgo o peligro de lesión a la persona enferma o a otras personas de su entorno. También se entiende que es un procedimiento empleado para limitar la libertad de un paciente, habitualmente incapacitado, sus movimientos y el acceso a su propio cuerpo en aras de su mayor seguridad y/o la de otros, personal sanitario incluido.
La contención mecánica se podría definir como una terapia consistente en la supresión de toda posibilidad de movimientos de una parte móvil del organismo o de su totalidad para favorecer la cura, utilizada en la agitación psicomotriz o en la falta de control de impulsos (9). Sin embargo cualquier intervención del personal de salud del centro ha de basarse en el respeto a la persona, la libertad de movimientos, la seguridad y la salud que debemos considerar en todo momento. Deben saber cómo actuar ante pacientes con riesgo de autoagresión y heteroagresión es fundamental. No se debe olvidar que el uso de medidas de contención puede vulnerar alguno de los derechos fundamentales de la persona, y por esto, es necesario que las enfermeras reflexionen entorno a éste problema ético, y establezcan unos criterios de actuación respetuosos con los derechos inherentes de la persona.
Según la patología, podríamos hacer la siguiente clasificación de pacientes susceptibles de contención:
► Pacientes con alteración orgánica
En el paciente se origina un cuadro que se caracteriza por: confusión, desorientación, inquietud, obnubilación, incoherencia, miedo, ansiedad, excitación y a menudo ilusiones, alucinaciones... Sus causas son: fiebre, post-operatorio, alteración cardiaca y vascular, trastorno neurológico cerebral (tumores, encefalopatías, accidentes cerebrovasculares, demencias...), infecciones del sistema nervioso central, alteraciones metabólicas y endocrinológicas, alcohol y drogas bien por consumo o por abstinencia (1).
► Pacientes con alteración psiquiátrica
- Esquizofrenia. En episodios de descompensación son frecuentes los cuadros de agitación psicomotriz.
- Trastorno bipolar, tanto en la descompensación maniaca como depresiva.
- Trastorno límite de la personalidad. Es frecuente la desorganización conductual grave.
► Pacientes sin alteración orgánica ni psiquiátrica
Son casos menos frecuentes. Serían pacientes que sufren una fuerte crisis de ansiedad, llegando a la enajenación a raíz de un suceso especialmente traumático (diagnóstico de enfermedad incurable, muerte familiar, crisis matrimonial...) y la situación se hace incontrolable por otros medios.
La contención mecánica no es un procedimiento que pueda aplicarse en cualquier situación. Se trata de una medida sanitaria, por lo tanto deberá ser decisión del personal sanitario, en un contexto sanitario (que suele ser el medio hospitalario) y ante una agitación o conducta violenta que se considera originada por una patología médica (orgánica o psiquiátrica).
Las indicaciones por tanto serían:
- Prevenir lesiones al propio paciente (golpes, autolesiones…).
- Prevenir lesiones a otras personas (familiares, otros pacientes, personal sanitario).
- Evitar interferencias en el plan terapéutico del paciente o de otros pacientes (arranque de vías, sondas…).
- Evitar la fuga de un paciente que acude involuntariamente.
- Evitar daños físicos y materiales en el servicio donde se encuentra el paciente.
- Por solicitud voluntaria del paciente y el médico considera que existen criterios clínicos de indicación.
- Como parte de un programa de modificación de conducta previamente pactado.
- Como castigo negativo* en una terapia de conducta, siempre y cuando se haya pactado antes con el paciente.
- Para evitar la fuga del paciente si se considera que existe el riesgo y que el paciente corre peligro, no estando capacitado para tomar tal decisión.
*Técnica enmarcada dentro del condicionamiento operante que se usa para disminuir conductas disruptivas haciendo que estas sean seguidas de la desaparición de un reforzador.
Las situaciones en las que no se debe aplicar la restricción de movimientos son las siguientes:
- No existe indicación
- Si la situación se puede resolver por otros medios (verbal, farmacológico…).
- Utilizar la contención mecánica como castigo o pena.
- Cuando la decisión de contención mecánica está condicionada por antipatía hacia el paciente.
- Si la conducta violenta es voluntaria, no justificable por una enfermedad sino con carácter delictivo (es en este caso competencia de las Fuerzas de Seguridad).
- Para el descanso del personal sanitario.
- Cuando no exista personal suficiente ó sea una situación peligrosa, y técnicamente imposible (paciente armado).
Al parecer existe una confusión respecto a las normas de contención en unidades de Agudos, quirúrgicas y de salud mental en un hospital, según la revisión de la restricción y aislamiento de la Joint Comission (2). La decisión de utilizar una contención no se basa en el tratamiento, sin embargo en la actualidad se está utilizando para afrontar las diferentes situaciones que resultan incontrolables, tanto en unidades de Salud Mental como en otros servicios. Las normas de contención elaboradas por la Joint Comission se aplicarían en la atención médica, postquirúrgica y en situaciones en las que los cambios de comportamiento son causados por la enfermedad o síntomas tales como la confusión y la agitación. En estas situaciones, la contención y las intervenciones de protección pueden ser necesarias. Si la contención solo se aplica cuando existe una patología mental, ¿cómo definimos las otras situaciones? La manera más fácil es determinar cuando no se trata de un trastorno mental: cuando la contención se aplica para apoyar el tratamiento médico, cuando el paciente tiene un comportamiento que puede interferir con el tratamiento o un dispositivo terapéutico (arrancarse una vía intravenosa, un respirador, un apósito…) En este sentido podríamos estar aplicándola fuera del contexto de la salud mental. De todos modos, las normas y los protocolos de la contención mecánica han de estar bien definidos.
Las siguientes medidas son de gran utilidad, como prevención de una crisis de agitación o para la desactivación en lo posible de la misma.
► Abordaje verbal
La primera pauta de actuación es fomentar la verbalización. De esta forma, se pueden controlar ciertos enfermos agitados, generalmente leves, agitaciones moderadas y sobre todo, de origen psíquico, y evitar la necesidad de contención mecánica. Para ello, se darán los siguientes pasos:
- Dar información. El paciente deberá estar informado en todo momento de lo que se le va a hacer. Evitar amenazas y promesas falsas. Ofrecer expectativas razonables (4).
- Mostrar actitud tranquilizadora pero de firmeza (aparentar calma y control de la situación en todo momento).
- Conversación tranquila, hablar sin elevar la voz, suave y con preguntas cortas, escucha activa, no enfrentarse al paciente (ni con actitudes ni con ideas), ni mostrar prejuicios hacia él. Aunque es importante limitar su conducta, y comunicarle qué conducta se aceptará y cuál no.
- Siempre que se pueda, tomar asiento a la misma altura.
- No mantener la mirada fija, sino efectuar desplazamientos naturales de la vista.
- Valorar, y estar atentos ante signos inminentes de violencia, tales como aumento del tono de voz (habla amenazante, lengua- je insolente y grosero,...), tensión muscular (agarrarse a la silla, etc.), nerviosismo, hiperactividad (frotar de manos, caminar de un lado a otro,...), miradas de reojo, etc.
► Medicación oral y/o parenteral
- Si la causa es de orígen orgánico se convierte en la primera pauta de actuación.
- Cuando las medidas de contención verbal no son eficaces. La indicación deberá estar perfectamente establecida y documentada y ser reevaluada constantemente.
► Aislamiento
El aislamiento es el confinamiento solitario en un ambiente totalmente protector, con estrecha vigilancia por parte del personal de cuidados en razón de la seguridad, o para el control de determinadas conductas (CIE, 1996).
► Información al paciente
El uso de la medida excepcional y urgente de la contención física en los supuestos planteados será informado al paciente de manera comprensible y acorde con su nivel de atención y con las circunstancias protagonizadas.
► Actitud del personal
Es importante evitar cualquier muestra de agresividad verbal o física con el paciente, hay que recordar que se trata de una medida sanitaria y no de una venganza o pelea. No forzar en los movimientos. Apoyar la cabeza y las extremidades lejos de objetos lesivos como las esquinas de los muebles u objetos con los que pueda dañarse. No cargar excesivamente nuestro peso sobre el paciente siendo también importante evitar el uso de la rodilla o el codo durante la reducción.
► Actuar con tranquilidad, serenidad pero con postura firme, segura y respetuosa.
- Seguridad y comodidad del paciente
- En la medida de lo posible se le retirará la ropa y se le pondrá el pijama del hospital lo que proporcionará comodidad al paciente y facilitará su identificación en caso de intento de fuga.
- En el caso que fuese imposible desvestir al paciente, se deberán retirar los cinturones, mecheros y otros objetos potencialmente peligrosos que puedan dañar al paciente, o favorecer los intentos de fuga.
- La posición de contención ideal es en decúbito supino, con la cabecera elevada para permitir al enfermo mantener contacto con el medio y disminuir el riesgo de aspiraciones.
► Hábitat de calma y confianza
Es imprescindible ofrecer al enfermo un lugar que le permita preservar su intimidad y dignidad como persona. La habitación donde vaya a permanecer durante la contención será tranquila, con un nivel de iluminación adecuado y bien ventilada. El paciente tendrá la posibilidad de contactar con el personal, bien por la proximidad de la habitación con el control de enfermería o por medio de un timbre, no hay que olvidar que se trata de un paciente inmovilizado.
Antes de retirarse el personal debe asegurarse que las sujeciones están adecuadamente colocadas, seguras, sin presionar al paciente, ni con riesgo de provocarle lesiones cutáneas.
► Toma de decisión
La primera indicación de contención mecánica la hará siempre el médico responsable del mismo, o en su defecto por el facultativo de guardia. Ante una situación urgente, el personal de enfermería está autorizado para iniciar el procedimiento, pero debe comunicarlo con el médico lo antes posible y quede registrado por escrito.
Si en el momento de decidir y siendo una situación de urgencia, no se puede contactar con el médico, el ATS/DUE esta expresamente autorizado para iniciar el procedimiento por su cuenta, pero debe comunicarlo al medico con la menor demora posible. Se debe complementar y firmar por parte del medico y del ATS el formulario de indicación de contención física (Anexo I). Si la indicación de SM la realiza el medico vía telefónica, la enfermera lo registrara en el formulario, quedando pendiente el facultativo responsable de firmar el formulario lo antes posible.
Si en el momento de decidir y siendo una situación de urgencia, no se puede contactar con el médico, el ATS/DUE esta expresamente autorizado para iniciar el procedimiento por su cuenta, pero debe comunicarlo al medico con la menor demora posible. Se debe complementar y firmar por parte del medico y del ATS el formulario de indicación de contención física (Anexo I). Si la indicación de SM la realiza el medico vía telefónica, la enfermera lo registrara en el formulario, quedando pendiente el facultativo responsable de firmar el formulario lo antes posible.
► Personal
El personal mínimo para la contención es de cuatro personas, aunque lo recomendable es cinco (cada uno sujetando una extremidad y el quinto la cabeza):
- 1 médico responsable del paciente o médico psiquiatra de guardia (coordinador de la actuación).
- 1 enfermera/o asignada.
- 1 auxiliar de enfermería.
- 4 miembros del equipo de sujeción como mínimo hasta completar el número.
- Personal de seguridad (en su caso y a requerimiento ante posible riesgo grave de la integridad física del propio paciente o de los profesionales actuantes).
La colaboración para la contención será de todo el personal, sin embargo la presencia del médico será decisión del mismo en función de la posible interferencia en la posterior relación terapéutica.
► Medios materiales
El material constará de una sujeción de tórax, dos sujeciones de manos y dos de pies, cuatro alargaderas, así como del número de ganchos necesario para cada sujeción y al menos un imán, y por ultimo sin olvidar una cama con sistema de frenado. Deberá existir al menos un juego completo de sujeciones en cada unidad asistencial de ingreso y en el servicio de urgencias.
- 1 cinturón de tórax
- 1 cinturón abdominal.
- 2 muñequeras.
- 1 tira de anclaje de pies.
- 2 tobilleras.
- 9 anclajes magnéticos.
- 1 imán (Foto 1).
- Cama con sistema de frenado (Frenada)
El mantenimiento, comprobación y montaje de las correas debe realizarse con antelación y siguiendo el protocolo que el servicio de urgencias ha establecido. Todos los juegos de correas tienen que estar identificados con el nombre del servicio. También se identificará con tinta permanente si la correa es de muñeca o pie, así facilitaremos el montaje de las correas.
Siempre deben existir dos juegos de correas preparados y montados en dos camas. Una cama frenada en el box de aislamiento de psiquiatría y otra en el pasillo por si fueran necesarias simultáneamente. Se revisan diariamente y se vuelven a preparar cada vez que se utilizan. El mantenimiento del material citado quedará a cargo de la supervisora de enfermería de la unidad donde se requiera.
1) El coordinador de la actuación se encarga de comunicar al paciente que será aislado por su seguridad y la del resto hasta que se tranquilice y recupere el control.
2) Seleccionar el lugar de la contención y preparar la habitación y recursos necesarios para el aisla- miento con la cama dispuesta por si precisa sujeción mecánica. Retirar del lugar cualquier tipo de objeto potencialmente peligroso (sillas, palos de sueros…).
3) Una vez tomada la decisión, se debe dar tiempo al paciente para aceptar las demandas verbales, para que colabore y se tumbe en la cama. La presencia de todo el personal encargado de la sujeción puede ser de por sí disuasoria.
4) Si no accediese, sin lugar a discusión se procederá a reducirle y a tumbarle en la cama si estuviera al alcance. Si por la premura de la situación hubiese que reducirle en el suelo, el que dirige la actuación da instrucciones, sujeta y protege la cabeza y los otros cuatro sujetan las extremidades del paciente previamente asignadas, asegurando la inmovilidad de las grandes articulaciones (hombros, codos y rodillas), lo que limita considerablemente la movilidad y disminuye el riesgo de fracturas.
5) La posición de inmovilización debe ser la más adecuada en cada caso. La posición de decúbito prono, según algunos autores, tiene ventajas frente a la de decúbito supino, ya que ayuda a prevenir la aspiración de vómito, evita que el pa- ciente se golpee la cabeza contra la camilla y se suele asociar a una resolución más rápida de la crisis. Sin embargo, también se ha asociado con situaciones de muerte súbita por asfixia. Otros, por el contrario, consideran que la de decúbito supino con inclinación de 30o permite un mejor control y vigilancia, anticipa nuevas situaciones de agitación y permite el acceso venoso para ad- ministración de medicación intravenosa.
6) En la cama se procederá a colocar las ataduras:
Sujección completa: inmovilizar tronco y 4 extremidades; primero cinturón ancho abdominal y después las cuatro extremidades en diagonal (brazo izquierdo y pierna derecha, brazo derecho y pierna izquierda).
Sujección parcial: inmovilizar el tronco y dos extremidades; primero cinturón ancho y después dos extremidades en diagonal.
7) Debe llevarse a cabo encargándose una persona de cada miembro y otra de la sujeción de la cabeza, evitando que el enfermo se golpee o agreda a alguien.
8) Recordar realizar comprobación tanto del grado de movilidad del paciente como de la correcta colocación de las sujeciones.
9) Registrar al paciente en búsqueda de objetos peligrosos (cinturones, mecheros, navajas, corta-uñas...). Se le vestirá con camisón del hospital cuando su estado lo permita.
10)Explicarle cuando acabe la contención que todas sus necesidades serán atendidas y que se realizarán visitas periódicas por parte del personal.
En una contención ó sujeción mecánica hay que prevenir y evitar las siguientes situaciones:
- Llevar objetos que puedan producir daño al paciente o al personal que realiza la sujeción: pendientes, tijeras, reloj, etc.
- Tener precaución y evitar que el paciente le pueda golpear en cualquier parte del cuerpo de un modo intencionado o accidental.
- Retirar al paciente las prendas de vestir y los objetos que puedan dañarle.
- Es recomendable que los miembros de mayor fortaleza física en el equipo sujeten la mitad superior del cuerpo del paciente.
- Evitar mostrarse agresivos, ni física ni verbalmente, sin responder a las provocaciones del paciente.
- Hay que evitar hablar con el paciente mientras se realice la sujeción y si es necesario, tiene que hacerlo una sola persona.
La finalización de la contención se realizará tras la valoración facultativa y por orden médica.
- Se debe contar con el personal necesario por si fuera precisa nueva contención.
- El abandono del aislamiento y la sujeción se realiza de forma progresiva, liberando cada correa con un intervalo de diez minutos, dejando siempre dos para retirar al final y a la vez.
- Posteriormente, dejarle sin sujeción en la habitación y finalmente liberarle del aislamiento.
Si la situación se prolonga más de 48 horas, es obligatorio proceder a la solicitud de autorización judicial de ingreso (11).
► Observación y seguimiento del paciente sujeto
Lejos de lo que pueda parecer, la indicación de sujetar y/o aislar a un paciente no reduce el trabajo del personal sanitario que lo atiende, sino que lo aumenta. Dos razones nos hacen afirmarlo, la primera la obligación de evitar y tratar complicaciones que pueden aparecer por la técnica de sujeción en si misma, y la segunda por las necesidades y complicaciones en un sujeto inmovilizado.
La valoración médica del paciente sujeto se realizará lo antes posible, aconsejable durante la primera hora desde el inicio de la contención. Se dejarán anotadas las observaciones en la historia clínica. En el caso de encontrar necesario prevención de riesgo tromboembólico se pautará heparina de baja peso molecular( Clexane o Fraxiparina ) a dosis de0,4 ml/d, vía subcutánea.
La valoración médica del paciente sujeto se realizará lo antes posible, aconsejable durante la primera hora desde el inicio de la contención. Se dejarán anotadas las observaciones en la historia clínica. En el caso de encontrar necesario prevención de riesgo tromboembólico se pautará heparina de baja peso molecular( Clexane o Fraxiparina ) a dosis de0,4 ml/d, vía subcutánea.
El paciente debe ser observado por el personal de enfermería al menos cada 15 minutos, dejando constancia en las hojas de seguimiento. Además cada turno tomará las constantes vitales, proporcionará la dieta adecuada en función del nivel de conciencia y de otros datos médicos, controlará la ingesta hídrica y la diuresis así como los cuidados mínimos de higiene personal, cambios posturales y erosiones en las zonas de contacto de las banda de sujeción y piel.
La finalización de la contención se realizará tras la valoración facultativa y tras la obtención del efecto terapéutico buscado. Se ejecuta de forma progresiva, se libera cada banda con un intervalo de 10 minutos, dejando siempre dos para retirar finalmente y a la vez. A continuación se valora conjuntamente con el paciente los motivos que llevaron a la misma.
La finalización de la contención se realizará tras la valoración facultativa y tras la obtención del efecto terapéutico buscado. Se ejecuta de forma progresiva, se libera cada banda con un intervalo de 10 minutos, dejando siempre dos para retirar finalmente y a la vez. A continuación se valora conjuntamente con el paciente los motivos que llevaron a la misma.
► Valoración
- Valoración del paciente: previa, durante y tras el proceso.
- Observación de signos de riesgo.
• Factores predictores de agresividad.
- Aumento creciente de la actividad motora (juego con las manos, imposibilidad de permanecer quieto, movimientos estereotipados, golpes…)
- Presencia de gestos y actitudes violentas: amenazas verbales, gritos o exhibición de violencia sobre objetos…
- Sospecha de consumo de tóxicos.
- Antecedentes de conducta violenta previa.
- La presencia de clínica alucinatoria incrementa el riesgo.
• Factores predictores de riesgo orgánico vital:
- Deterioro de constantes vitales.
- Alteración del nivel de conciencia.
- Y/o la presencia de alucinaciones visuales
► Diagnósticos de enfermería
Siguiendo criterios de taxonomía NANDA los diagnósticos más frecuentes con los que nos podemos encontrar:
- Riesgo de violencia dirigida a otros
- Riesgo de violencia autodirigida
- Riesgo de lesión
- Confusión aguda
- Trastorno de los procesos del pensamiento
- Ansiedad
► Objetivos específicos
El enfermero deberá:
– Reducir la ansiedad del paciente.
– Proporcionar un ambiente terapéutico seguro.
– Disminuir los estímulos exteriores.
– Evaluar cualquier riesgo de agresión.
El paciente deberá:
– Reconocer los desencadenantes de su conducta violenta.
– Ser capaz de controlar su conducta (solo o pidiendo ayuda).
– Reducir el número de respuestas violentas.
► Intervenciones
- Valoración constante. Durante la primera hora, el paciente será observado cada 15 minutos. A partir de la segunda hora el control será horario, anotando cualquier incidencia en la hoja de enfermería. En sucesivos turnos pasará una vez cómo mínimo.
- Vigilar las constantes vitales: tensión arterial, frecuencia cardiaca y temperatura.
- Vigilar estado de conciencia manteniendo contacto verbal con intervalos regulares mientras esté despierto
► Proporcionarle los cuidados necesarios de:
- Alimentación y administración de líquidos. Preferentemente se le ofrecerá bandeja desechable sin cuchillo ni vaso de cristal.
- Aseo encamado.
- Defecación: En función del estado, se recurrirá al pañal, a la cuña o se le acompañará al baño, avisándole de que será nuevamente contenido.
► Valorar la compresión vascular (arterial y venosa), nerviosa y articular:
► Prevenir las lesiones por fricción.
- Pulsos periféricos,
- Temperatura,
- Coloración,
- Entumecimiento y
- Movilidad de los miembros.
► Prevenir las lesiones por fricción.
► Vigilar los posibles efectos secundarios al estasis venoso por inmovilización:
- Tromboembolismo pulmonar, accidente cerebrovascular, infarto agudo de miocardio, edema agudo de pulmón.
- Es adecuado realizar cambios posturales como medida preventiva además de mantener la inmovilización el menor tiempo posible.
► Registro en el evolutivo de enfermería: (10, 13, 14)
- Factores precipitantes de la contención,
- Acciones previas que se han llevado a cabo,
- Puntos de ajuste de la sujeción,
- Duración de la misma,
- Incidencias,
- Toma de constantes,
- Medicación,
- Cuidados
► Consecuencias perjudiciales de la inmovilización de los pacientes
- Daños severos o permanentes: compresión de nervios, contracturas y muerte (por asfixia, estrangulación, PCR o fuego)
- Úlceras por presión, incontinencia urinaria o intestinal y aumento de la frecuencia de la tasa de infecciones nosocomiales.
► Factores que pueden contribuir o aumentar el riesgo de muerte
- Inmovilización de pacientes fumadores
- Inmovilización en posición supina sin elevación de la cabeza, ya que predispone al riesgo de broncoaspiración.
- Inmovilización en decúbito prono, ya que predispone al riesgo de asfixia
- Inmovilización a pacientes que se encuentran en una habitación en la que no hay observación continua del personal sanitario.
- Inmovilización de pacientes con deformidades
- Inmovilización de mujeres embarazadas
►Artículo ➔ Noticia ➲ Tema básico ➜ Editorial
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3. Sevillano Arroyo MA. Abordaje al paciente agitado. Protocolo de enfermería para la contención mecánica. Psiquiatría.com. 2003;7(3). [acceso el 20 Ago 2011] Disponible en: http://www.neurologia.tv/revistas/index.php/psiquiatriacom/ article/.../345/328/
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