Consentimiento informado en Cuidados Intensivos
¿Hay que rediseñar los documentos de consentimiento informado?: Una propuesta para facilitar la comprensión de estos documentos, su utilización es un deber de los profesionales sanitarios, además de estar exigidos por la ley.
Autor(es): López-Picazo JJ, Tomás-García N, Ros Abellán MP.
Enlace: Rev Calidad Asist 2016; 31: 182-189.
La relación médico-paciente ha sufrido un cambio progresivo en los últimos años, pasando del clásico paternalismo basado en la beneficencia, donde el médico adoptaba todas las resoluciones, a una nueva situación en la que se reconoce al paciente el derecho de autonomía.
En este sentido, los sistemas sanitarios han comenzado a defender la participación del paciente en su proceso clínico. En la legislación de países desarrollados, la información médica que inicia dicho proceso queda recogida como un derecho.
La utilización de los documentos de consentimiento informado (DCI) es un deber de los profesionales sanitarios, además de estar exigidos por la ley. Sin embargo, la baja legibilidad de los DCI es un problema generalizado que repercute en la calidad asistencial.
Estudio descriptivo del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca donde analizan los contenidos de 359 DCI recibidos para su acreditación. Para valorar su legibilidad se usaron dos medidas: la extensión y el índice INFLESZ .1 La extensión se midió en palabras, considerando deseable si era inferior a una hoja (470 palabras) y la facilidad de comprensión se midió en puntos INFLESZ (herramienta usada para medir la legibilidad de textos), considerándose adecuada si era superior a 55. La valoración se realizó sobre los DCI completos y en cada uno de sus apartados.
Hubo una media de 15 DCI aportados por los distintos Servicios, siendo los quirúrgicos los más frecuentes (74%). La extensión de los DCI fue adecuada en el 79%, y en la extensión por apartados se objetivó: mayor extensión en “riesgos” y “naturaleza del procedimiento”, y los menos extensos “las consecuencias” y las “alternativas” (P < 0,0001). El valor INFLESZ tuvo una media de 45,8, y solo el 12,5% tuvieron una puntuación > 55. Los servicios no quirúrgicos obtuvieron mejor puntuación. Los apartados de mejor compresión fueron “la naturaleza del procedimiento” y sus “riesgos”, y los peores “las contraindicaciones” y sobre todo “las alternativas”. La comprensión de los DCI analizados va deteriorándose según se avanza en su lectura, hasta llegar a “las alternativas”, donde el texto se hace muy complejo.
El estudio muestra que los DCI analizados poseen extensión deseable pero son difíciles de comprender. La descripción del tipo de procedimiento y sus riesgos fueron los de mayor extensión, dato razonable, ya que pueden servir como documento legal. Sin embargo, una extensión adecuada y un buen INFLESZ pueden no ser suficientes para asegurar la compresión de un DCI, a pesar de su validez, siendo necesaria la valoración del paciente. El estudio no hace referencia explícita a los servicios de Medicina Intensiva (SMI), donde la situación se complica ante la gravedad del paciente y su incompetencia para decidir en ocasiones; en este ámbito ya se ha encontrado que los DCI tienen importantes deficiencias.2 Con frecuencia la familia o allegados son los que firman los DCI, pero es alarmante el hallazgo del estudio de que según se va leyendo el documento, se deteriora la compresión del texto. Se deberían hacer propuestas de mejora de los DCI en los SMI, siendo fundamental la información que el especialista transmite al paciente y a sus familiares o allegados.
Traducción y resumen: Encarnación Molina Domínguez vía REMI, Dr. Rafael Perez Garcia vía EmergenMedHB
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La relación médico-paciente ha sufrido un cambio progresivo en los últimos años, pasando del clásico paternalismo basado en la beneficencia, donde el médico adoptaba todas las resoluciones, a una nueva situación en la que se reconoce al paciente el derecho de autonomía.
En este sentido, los sistemas sanitarios han comenzado a defender la participación del paciente en su proceso clínico. En la legislación de países desarrollados, la información médica que inicia dicho proceso queda recogida como un derecho.
La utilización de los documentos de consentimiento informado (DCI) es un deber de los profesionales sanitarios, además de estar exigidos por la ley. Sin embargo, la baja legibilidad de los DCI es un problema generalizado que repercute en la calidad asistencial.
Estudio descriptivo del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca donde analizan los contenidos de 359 DCI recibidos para su acreditación. Para valorar su legibilidad se usaron dos medidas: la extensión y el índice INFLESZ .1 La extensión se midió en palabras, considerando deseable si era inferior a una hoja (470 palabras) y la facilidad de comprensión se midió en puntos INFLESZ (herramienta usada para medir la legibilidad de textos), considerándose adecuada si era superior a 55. La valoración se realizó sobre los DCI completos y en cada uno de sus apartados.
Hubo una media de 15 DCI aportados por los distintos Servicios, siendo los quirúrgicos los más frecuentes (74%). La extensión de los DCI fue adecuada en el 79%, y en la extensión por apartados se objetivó: mayor extensión en “riesgos” y “naturaleza del procedimiento”, y los menos extensos “las consecuencias” y las “alternativas” (P < 0,0001). El valor INFLESZ tuvo una media de 45,8, y solo el 12,5% tuvieron una puntuación > 55. Los servicios no quirúrgicos obtuvieron mejor puntuación. Los apartados de mejor compresión fueron “la naturaleza del procedimiento” y sus “riesgos”, y los peores “las contraindicaciones” y sobre todo “las alternativas”. La comprensión de los DCI analizados va deteriorándose según se avanza en su lectura, hasta llegar a “las alternativas”, donde el texto se hace muy complejo.
El estudio muestra que los DCI analizados poseen extensión deseable pero son difíciles de comprender. La descripción del tipo de procedimiento y sus riesgos fueron los de mayor extensión, dato razonable, ya que pueden servir como documento legal. Sin embargo, una extensión adecuada y un buen INFLESZ pueden no ser suficientes para asegurar la compresión de un DCI, a pesar de su validez, siendo necesaria la valoración del paciente. El estudio no hace referencia explícita a los servicios de Medicina Intensiva (SMI), donde la situación se complica ante la gravedad del paciente y su incompetencia para decidir en ocasiones; en este ámbito ya se ha encontrado que los DCI tienen importantes deficiencias.2 Con frecuencia la familia o allegados son los que firman los DCI, pero es alarmante el hallazgo del estudio de que según se va leyendo el documento, se deteriora la compresión del texto. Se deberían hacer propuestas de mejora de los DCI en los SMI, siendo fundamental la información que el especialista transmite al paciente y a sus familiares o allegados.
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- Barrio Cantalejo M. Legibilidad y salud. Los métodos de medición de la legibilidad y su aplicación al diseño de folletos de educación para la salud (Tesis doctoral). [Enlace]
- Análisis de legibilidad de consentimientos informados en Cuidados Intensivos. Ramírez-Puerta MR, Fernández-Fernández R, Frías-Pareja JC, Yuste-Ossorio ME, Narbona-Galdó S, Peñas-Maldonado L. Med Intensiva. 2013; 37: 503-509. [PubMed] [Texto completo]
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